“Quedan diez años de limpieza en Bailín para que deje de ser un riesgo para el río”

La DGA reforzará la red de control con la toma de muestras en todo el Gállego.

Las previsiones más optimistas del Gobierno de Aragón apuntan a que aún harán falta 10 años más de limpieza en el vertedero de Bailín para erradicar el riesgo de contaminación del río Gállego por lindano. Así lo explicó ayer Jesús Fernández Cascán, técnico de la Dirección General de Calidad Ambiental, que lleva años siguiendo la evolución de los residuos tóxicos que Inquinosa abandonó en Sabiñánigo. El geólogo participó en un debate organizado por el Consejo de Protección de la Naturaleza en Aragón y que contó también con la intervención de expertos universitarios, el jefe de calidad de aguas de la CHE, Javier San Román, representantes de Ecologistas en Acción y de los pueblos afectados por el problema.


Ante más de un centenar de asistentes, Jesús Fernández repasó los trabajos acometidos por la DGA y avanzó la línea que se seguirá una vez concluido el polémico traslado de residuos del viejo vertedero de Bailín a la nueva celda de seguridad, cuyo seguimiento tendrá que ser "eterno", advirtió.


Al margen de las obras en marcha para acabar con las escorrentías de agua contaminada que llegan al barranco y pasan al río, anunció que se reforzará la red de control en el Gállego con muestreos en el embalse de Jabarrella, aguas abajo de La Peña y la central de Carcavilla, el canal de La Sotonera y la presa de Ontinar.


También señaló que este año está previsto redactar el proyecto de desmantelamiento de la fábrica de Inquinosa, donde el control deberá ser "exquisito" por la cercanía al embalse de Sabiñánigo y a esta población. También se iniciarán los ensayos sobre el terreno de un plan piloto de descontaminación.


Sobre el vertedero de Sardas, con "volúmenes brutales de residuos" en otro punto crítico, Fernández no se atrevió a poner fecha a la limpieza del acuífero, pero admitió que "hay que mejorar la capacidad de la depuradora".