Abadía, pendiente del positivo de Marhoum

Formaba parte del equipo nacional desde hace más de un año, acababa de proclamarse campeón de España de cross y tenía en mente su participación para los Juegos de Río 2016. Toda una carrera meteórica que una posible suspensión por dopaje por EPO puede tirar al traste. Estos datos se corresponden con Mohamed Marhoum, ese niño que con tan solo 9 años cruzó la frontera que separa Ceuta de Marruecos para labrarse un futuro mejor, y que hizo del atletismo su forma de vida desde hace unos siete años. "No me esperaba este mazazo. Pensé que (Mohamed) tenía calidad suficiente para lograr lo que había conseguido. Lo consideraba un buen amigo, pero cuando te sientes engañado se pierde la amistad. Si se confirma, caiga sobre él todo el peso de la ley", se expresaba ayer el zaragozano Toni Abadía, plata nacional por detrás de Marhoum en Alcobendas, que está pendiente de la resolución del caso.

El fondista, nacionalizado español en 2011, se encuentra suspendido cautelarmente tras dar positivo en un control practicado por la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (Aepsad). "Ahora mismo estoy un poco tocado, pero a mí no me han dicho nada aún. Tengo muchos enemigos y hay mucha información falsa", señaló ayer Marhoum, quien se encuentra en Marruecos refugiado junto a su familia. Su club, el JCOE Guadalajara solicitó hace varias semanas su baja a la Federación Española de Atletismo (RFEA) por el incumplimiento reiterado de las normas. Si se confirma el positivo, el título recaería en Toni Abadía. "Hay que esperar a que se resuelva el caso definitivamente, pero parece que la cosa pinta mal para él y bien para el atletismo español, porque siempre es bueno detectar a un tramposo", declaró el aragonés.

Abadía no concede importancia a la posibilidad de que reciba la corona nacional de campo a través, si Marhoum es descalificado. "Lo del oro es lo de menos. Lo que tengo es una mezcla de sentimientos, porque entrené con él en la Blume de Madrid en 2010, hemos compartido muchos viajes e incluso le pagué alguno para que viera a su familia", indicó Abadía. La RFEA, que carece de competencias en materia de controles de dopaje en España, recibió un aviso verbal la semana pasada sobre este caso. La normativa establece que, desde el control positivo, la Aespsad suspende cautelarmente al deportista y dispone de un plazo de tres meses para decidir, momento en el que comunicaría su resolución oficial a la RFEA.