La campaña de la trufa se cierra con una producción más floja que la de 2014

Los agricultores reivindican los regadíos sociales para mejorar los rendimientos.

La producción de trufas de la campaña que acaba de concluir no ha podido superar las cifras del ejercicio anterior. Los truficultores estiman que se ha saldado con un ligero descenso respecto a los resultados de 2014, pero sostienen que los rendimientos hubieran mejorado sensiblemente si ya estuvieran en marcha los regadíos sociales, un ambicioso proyecto que se viene gestando desde hace más de una década.


Según las estimaciones de la Asociación de Truficultores de la provincia, la campaña trufera, que se extiende desde el mes de noviembre hasta finales de marzo y principios de abril, se ha cerrado con una producción de unas 36 toneladas de trufa, procedentes de unas plantaciones que se concentran principalmente en la comarca de Gúdar-Javalambre. De hecho, de las 12.000 hectáreas sembradas de plantones, 5.000 se reparten en esta zona del sur de Teruel.


El presidente de la Comunidad de Regantes de Sarrión, Manuel Doñate, sostiene que el proyecto de regadíos sociales, con el que se pretende llevar una canalización a 945 hectáreas de truferas con un coste de 16 millones de euros, es "de vital importancia para el cultivo". "Sin el agua de apoyo para los periodos de mayor carencia de precipitaciones no tenemos posibilidades de futuro en esta zona", explicaba el agricultor. Las trufas han supuesto un importante revulsivo económico para Gúdar-Javalambre, y Doñate afirma que este producto "es el único recurso con que cuentan el territorio, ya que el cereal rinde poco y la ganadería está mal".


El presidente de la Asociación de Truficultores de Teruel, Julio Perales, señaló que las tierras de cultivo, que han suplantado a las recolecciones silvestres, "constituyen un complemento de otras actividades que han permitido a muchos seguir viviendo en comarcas deprimidas". La Asociación cuenta con unos 500 miembros, si bien cada año registra un mayor crecimiento, proporcional, según el presidente, al incremento que están experimentando las hectáreas cultivadas.


Las lluvias de primavera son básicas para el desarrollo de la trufa y precisamente la escasez de precipitaciones en 2014 ha sido la principal causa de la menor producción registrada este año.


Esta situación no se ha producido, sin embargo, en las tierras que cuentan con riegos por aspersión. "Desde luego la falta de agua es decisiva, pero todavía desconocemos muchos aspectos del cultivo de este hongo, que lleva implantado en la provincia escasamente 25 años", apuntó Perales. A su juicio, se requieren mayores inversiones destinadas a impulsar la investigación en el campo de la truficultura, con objeto de avanzar en el conocimiento del comportamiento del hongo.Más concesión de caudales


Los agricultores se muestran deseosos de ver las primera máquinas abriendo las zanjas que permitirán encauzar los regadíos sociales, si bien comienzan a perder la paciencia. La firma del convenio entre la DGA y los regantes para acometer el proyecto tarda más de lo previsto. Manuel Doñate señaló que después de tantos años de espera, "empezamos a dudar de la voluntad política para emprender estas obras". Además de esta reivindicación, también aspiran a que la Confederación Hidrográfica del Júcar autorice una mayor concesión de caudales a los agricultores para poder regar sin cortapisas. Piden poder usar en los momentos de mayor carestía hasta 3.000 metros cúbicos de agua por hectárea y año frente a los mil actuales.


El cultivo está respaldado por la Feria de la Trufa que anualmente se celebra en Sarrión, y recibirá un mayor impulso con la habilitación de un centro de conferencias en la antigua residencia de ancianos del Ayuntamiento. El edificio, en el que se instalará la sede de la Asociación de Truficultores y un salón de actos, se encuentra en la última fase de obras, tras haberse invertido 500.000 euros procedentes del Fondo de Inversiones de Teruel. A estos se podrían sumar este año 200.000 euros para concluir el proyecto.