África, un inmenso continente a la deriva

Tan cerca de España y a la vez tan lejos, casi olvidada, África solo asoma en nuestras vidas a través de las pantallas para mostrarnos sus desgracias: inmigrantes que mueren en el mar o saltando muros con cuchillas, en un intento desesperado por alcanzar Europa, enfermedades como el ébola, conflictos, guerras, atentados... Esa es la imagen de un continente fuertemente vinculado a España, que todavía conserva territorios como Canarias, Ceuta y Melilla.

África, un inmenso continente a la deriva
África, un inmenso continente a la deriva

Un poco de historia


La historia de África es apasionante, compleja y diversa, como el color de su geografía cambiante. Desde tiempos remotos, ha visto florecer culturas ancestrales que la historia, construida por el poder dominante occidental, ha borrado de la memoria colectiva universal y de los libros de texto. A menudo, se nos olvida que nuestros antepasados prehistóricos provienen de allí.


Resentidos con los colonizadores occidentales, tras décadas de opresión, el proceso de descolonización e independencia de muchos países africanos durante la guerra fría (1960 y 1975) condujo a parte de los nuevos Estados a un alineamiento con el bloque socialista; un socialismo que, paradójicamente, fue liderado por élites nativas educadas en las metrópolis respectivas. Las economías de estos nuevos Estados no dieron resultados positivos en la mayoría de los casos, debido a una inadecuada planificación, una deficiente gestión y una corrupción, ya endémica.


El imperialismo colonial


Históricamente, África ha sido explotada por los imperios coloniales que se llevaban sus materias primas y también a sus hombres para venderlos o usarlos como esclavos. Las grandes potencias se la disputaron por sus recursos naturales y por el valor geoestratégico de algunas de sus regiones, cuya propiedad significaba el dominio de las rutas comerciales. Tras la segunda Guerra Mundial, franceses y británicos se repartieron el botín de guerra que corresponde a los vencedores. Pero sus decadentes imperios decimonónicos fueron dando paso a otro modelo de colonialismo: el de las empresas transnacionales. Este neo colonialismo se ha presentado como pretexto civilizatorio, con la excusa de que los nativos son incapaces de gobernarse por sí mismos. Así, los recursos naturales africanos vuelan hacia el mundo globalizado que tanto los necesita para su desarrollo.


Temido ébola


La devastadora epidemia de ébola, que ha causado miles de muertes y el pánico en Occidente, se ha extendido por Guinea, Sierra Leona y Liberia, aunque también hay brotes en Nigeria y la República Democrática del Congo. Según las declaraciones de misioneros y miembros de ONG, en el terreno, el verdadero problema es la pobreza y la ignorancia.


Miseria e ignorancia


Una pobreza endémica, procedente del expolio y la explotación colonialistas, y una ignorancia provocada por la falta de un sistema educativo apropiado. Por ejemplo, en Guinea hay más de un 70 % de analfabetos y tan solo el 40% de los niños van a la escuela. En estos países, los niños son mano de obra barata y una ayuda fundamental para las labores agrícolas de las que viven muchas familias.


La sanidad es muy cara y deficitaria, y la ignorancia hace que la población acuda a los curanderos, más baratos que los médicos, que son muy pocos: en Sierra Leona no hay ni uno por cada mil habitantes, mientras que en España, tenemos cuatro.


No hay agua potable, ni luz, ni medicinas en muchas aldeas y poblaciones. La FAO ya ha alertado sobre la seguridad alimentaria, ya que el miedo al contagio al ébola ha provocado el abandono de los campos y de los animales, viéndose afectadas las producciones de arroz, maíz, palma, cacao y caucho, fundamentales para las economías locales.


Los 10 países más pobres del mundo


Aunque el nivel de crecimiento del PIB para el continente africano en 2015 es casi de un 6%, muy elevado, en la actualidad, uno de cada tres pobres del mundo vive en África. De los 25 países que más han crecido en el mundo, durante el periodo 2008-2013, 20 son africanos. Y, sin embargo, África es el segundo continente con una distribución de la renta más desigual, solo por detrás de América Latina.


Los 10 países más pobres del mundo pertenecen al África Subsahariana, pero lo curioso es que casi todos ellos poseen enormes riquezas naturales y una población muy joven. De los 1.100 millones de habitantes que pueblan el continente, la mitad menores de 20 años, casi 500 millones viven con menos de 1,25 dólares al día, y eso que la pobreza ha disminuido considerablemente en las últimas décadas. Y viven además con graves amenazas que pueden ocasionar un incremento dramático de su miseria, como el cambio climático, la expoliación de sus recursos naturales y la especulación con los precios de los alimentos. Estos tres factores serán decisivos para que se produzca un incremento de la migración a consecuencia del empeoramiento de las condiciones de vida. Y si la situación no cambia, el 20% de los africanos sufrirán pobreza extrema en las próximas décadas. La educación y la sanidad, aunque parezca increíble, siguen mejorando pero todavía se encuentran muy por debajo de los estándares considerados dignos, y la igualdad de género es el gran déficit de las sociedades africanas.


Coltán, uranio, oro, diamantes, petróleo...


En subsuelo africano se encuentran la tercera parte de las reservas mundiales de minerales, la mayoría de ellos al sur del desierto del Sahara, aunque hay también algunas bolsas importantes en el área desértica del Sahel y en África Occidental. En África se encuentra el 90% del coltán, imprescindible para el desarrollo de las nuevas tecnologías –la mayor parte en la República Democrática del Congo–; el 89% del platino, el 81% del cromo, el 61% del manganeso, el 60% del cobalto, el 20% del uranio, principalmente en la minas de Imouraren (Níger), Bakouma (República Centroafricana) y Trekkopie (Namibia); el 75% de la bauxita (Guinea-Conakry) y el 50% del oro y los diamantes. También existen importantes reservas de níquel y titanio.


Multinacionales y paraísos fiscales


La prospección, explotación y comercialización suele estar en manos de compañías e inversores extranjeros, y las ganancias van a sus países de origen o a paraísos fiscales. Para conseguir los derechos sobre las explotaciones, se aprovechan de los beneficios fiscales que proporcionan algunos países africanos, cuyos corruptos dirigentes aprueban leyes para, a través de las transnacionales, obtener suculentas comisiones; las transnacionales logran evadir a su vez cualquier tipo de imposiciones fiscales, desviando sus beneficios a los paraísos fiscales. No respetan el medio ambiente, ni las condiciones laborales de los trabajadores, incrementando así sus beneficios, aunque algunos países como Tanzania o Liberia comienzan a eliminar tales derechos y a imponer cláusulas medioambientales. La corrupción, la falta de transparencia favorecen todo este penoso entramado. El 10% del petróleo mundial se extrae de África. Países ricos en petróleo, como Gabón, Angola y Nigeria, tienen peores niveles de vida que otros con menos recursos. El petróleo también es el causante de guerras, como la de Sudan 1983. En Angola, uno de los países más corruptos del mundo, el 75% de su producción es explotada por multinacionales y en Guinea Ecuatorial, Obiang lo considera secreto de Estado para que nadie pueda investigar.


La religión: catalizador de la violencia fruto de la miseria.

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Aunque el islam penetró en el Norte de África en el siglo VII, en 1973, a raíz de la crisis del petróleo, las monarquías del Golfo Pérsico usaron su inmenso poder económico para expandir el islam como arma política en África. Pero la religión no es el factor determinante de la violencia terrorista, sino un catalizador de una violencia estructural que produce tanta miseria. En la actualidad, son cuatro los principales grupos terroristas activos en África .


-Al Shabab (‘La juventud’): grupo extremista ligado a Al Qaeda, de la que se escindió en 2003, que opera en Somalia, cuyo objetivo es convertir el país en un estado islámico. Controla gran parte del centro y sur de Somalia y suele realizar incursiones en los países vecinos, donde ejecuta atentados como el del pasado 2 de abril en la universidad de Garissa, en el que perdieron la vida 147 estudiantes.


-Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI): apareció en 2005 cuando el Grupo Salafista Argelino de Predicación y Combate (GSPC) se unió a Bin Laden y Al Qaeda. Actúa principalmente en Túnez, Argelia y el Sahel. De este grupo hay varias escisiones, como el Movimiento Monoteista y Yihadista de África Occidental (MUJAO), que opera en Mali.


-Boko Haram: su significado: ‘la educación occidental está prohibida, da idea de su radicalismo. Opera en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana, con unos índices de pobreza enormes. Boko Haram se ha asociado recientemente con el Estado Islámico (EI).


-Ansar al–Sharia: nombre utilizado por varios grupos que aparecieron después de 2011, como consecuencia de las revoluciones surgidas de la ‘primavera árabe’. Sus dos grupos principales operan en Túnez y Libia. El caos en que se ha sumido Libia tras la caída del dictador Gadafi ha influido en la expansión y actividad de estos grupos terroristas.


Las guerras.


Desde 1945 hasta 2011, la guerra ha causado en África más de diez millones de muertos, la mayoría víctimas civiles; solo las guerras del Congo, en los 90, provocaron cerca de cuatro millones de muertos. Pero, además, ha destrozado todavía más las yas deterioradas economías de estos países. Según el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), durante el periodo 2006-2010, 22 de los 48 países de África Subsahariana tuvieron algún tipo de conflicto armado dentro de su territorio; y nueve de los 29 mayores conflictos armados contabilizados en el mundo sucedieron en esa región. Las principales zonas de conflicto que persisten hoy en África son: Burundi, Chad, Costa de Marfil, Etiopía- Ogadén, Libia, Malí, Nigeria, Región de los Grandes lagos, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Somalia, Sudán y Sudán del Sur.


Pobreza y desigualdad social


En general, los conflictos son fenómenos complejos que se originan por múltiples causas que convergen en un determinado momento. Los países africanos tienen economías subdesarrolladas, pobreza, desigualdad social y corrupción, lo que conduce a niveles bajos de desarrollo humano. Y ese subdesarrollo es una de las causas principales. El círculo vicioso de la miseria se cierra con una economía de guerra que no permite salir del subdesarrollo.


Los factores identitarios no explican por sí solos las causas de las guerras. Los problemas étnico-religiosos del África Subsahariana son el detonante de la violencia pero no la causa principal. No cabe duda de que en las matanzas de Ruanda, entre hutus y tutsis, la pertenencia a una de las dos etnias fue un factor muy importante, pero detrás de esa lucha étnica y, seguramente como causa primaria, se encontraba una situación de privilegio que inclinaba la balanza en la apropiación de los ingentes recursos minerales de la región de los Grandes Lagos. Algo similar sucede en Nigeria, donde bajo la apariencia de un choque religioso entre musulmanes y cristianos se esconde la causa principal de los enfrentamientos que no es otra que la de la lucha por el control del petróleo y otros recursos naturales.


En busca de un mundo mejor


Durante los últimos años se está viviendo con gran preocupación y sentimiento las muertes en el mar y en la frontera de Marruecos con España de personas africanas que intentan llegar a Europa. Los acontecimientos han generado una gran polémica social y política. Pero... ¿por qué miles de africanos huyen de sus países de origen con el sueño de conseguir una vida mejor? Pues porque allí, en África, millones de seres humanos viven en la pobreza y sufren la explotación y humillación desde hace siglos y a diario; porque huyen de una tierra donde la guerra es lo habitual y las violaciones de los derechos humanos son perennes, donde la corrupción es la norma. Y, paradógicamente, escapan de un territorio rico en recursos naturales y tierras fértiles. Si se consiguiera una distribución más justa de la riqueza, si el desarrollo humano se extendiera, toda esta conflictividad que conduce a tanta enfermedad, muerte y abandono, se podría erradicar.


El tráfico de armas 


Los países del África Subsahariana tienen una gran dependencia exterior en la adquisición de armamento. La provisión o restricción de las armas influye en las capacidades militares de los contendientes en los conflictos. Los países que más armas han vendido en la zona durante los últimos 15 años han sido Bielorrusia, China, Rusia y Ucrania. Los motivos para la venta van desde los político-militares a los económicos; sin olvidar que la presencia militar, ligada a la venta de armamento, garantiza la explotación y comercio de los recursos naturales. Los grupos rebeldes adquieren las armas por captura en combates, robos en instalaciones militares, apoyo de terceros países y tráfico ilegal. Tanto el tráfico legal como el ilegal es una de las mayores causas de inestabilidad en la zona, y las armas, legales o no, se usan para presionar en las negociaciones, rebeliones, insurgencia, golpes de Estado, actividades criminales y terrorismo. El 2 de abril de 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), un gran paso para que las armas no puedan llegar a Estados o grupos que no respeten los derechos humanos y las leyes internacionales. Los países exportadores de armamento justifican las ventas como un comercio legítimo para la obtención de beneficios económicos de sus industrias nacionales.