El claustro y los restos arqueológicos, pendientes de solución

Cada una de estas dos tareas se estima un presupuesto de unos dos millones de euros, cantidad difícil de abordar para cualquier institución en estos tiempos de crisis

La catedral de Tarazona sufría tan graves problemas estructurales que tuvo que cerrar sus puertas en 1982 para iniciar unas importantes obras de consolidación y restauración. José Manuel Pérez Latorre dirigió los trabajos entre 1984 y 1990; y Ricardo Aroca lo hizo entre 1990 y 1995. Pero los problemas no se solucionaron y la seo llegó a encabezar la lista de la Conferencia Episcopal de los monumentos religiosos más amenazados de España.


Los hermanos Aguerri redactaron un plan director y poco a poco el monumento entró en otra dinámica. "Hasta ahora se han realizado 27 fases distintas de obras, y han colaborado desde instituciones privadas como la CAI o el BBVA, a públicas, como el Gobierno de Aragón o el Ministerio de Cultura", apunta Fernando Aguerri. El plan director estableció las bases para la consolidación, conservación, investigación y gestión de la catedral, que fue reabierta en 2011. Todavía quedan trabajos pendientes.


"Ahora estamos terminando de pavimentar la plaza de la catedral –relata el arquitecto–. Pero hay que realizar una actuación urgente en el chapitel de la torre y quedan aún tareas de distinta envergadura, desde recuperar las campanas hasta restaurar el interior de las capillas. Algunas tareas pueden esperar, otras no. Lo principal, en cualquier caso, es restaurar el claustro y musealizar los restos arqueológicos aparecidos en los últimos años".


Para cada una de estas dos tareas se estima un presupuesto de unos dos millones de euros, cantidad difícil de abordar para cualquier institución en estos tiempos de crisis. El caso del claustro es especialmente significativo porque fue mal restaurado en su día, y ello quizá fue el motivo de que la catedral se quedara fuera de la lista del Patrimonio Mundial. El plan director prevé la ‘desrestauración’ para devolverlo a su estado original. Parte de él ya se puede visitar.