El octavo capitán

Jesús Vallejo fue en Tenerife el octavo capitán distinto del RealZaragoza en la presente temporada. Una cifra poco habitual en un equipo de fútbol. La ausencia de un líder sólido y estable es un rasgo del plantel.

Javi Álamo ha sido el capitán más habitual esta temporada en el Real Zaragoza.
El octavo capitán
Guillermo Mestre

Jesús Vallejo ejerció en Tenerife de capitán por primera vez en el Real Zaragoza. Lo hizo con 18 años y por decisión de Popovic, con el visto bueno de la caseta. Vallejo se lo ha ganado, con fútbol, pero sobre todo con madurez, carácter y temperamento, rasgos imprescindibles para lucir el brazalete. A Vallejo no le respalda una larga trayectoria en el primer equipo, ni siquiera en el fútbol profesional, pero posee otra virtud de oro a la hora de representar en el campo la máxima autoridad de un equipo como el Zaragoza: es aragonés de pura cepa. Nacido y crecido en Zaragoza y en el Real Zaragoza. Conoce el club, su historia, sus defectos, su afición, sus conquistas... Unido a su creciente ascendencia en el equipo, a su cada vez mayor presencia en los escenarios del fútbol español, como la selección sub 21, y su fútbol en expansión, Popovic pensó en Vallejo. No parece su capitanía una acción eventual o anecdótica. Un premio de un día. Sino que va a continuar ejerciendo como tal. El año del Real Zaragoza en este aspecto está siendo singular.


Vallejo hizo el capitán número ocho del equipo en la temporada. A esto han contribuido varios factores. La primera, la inestabilidad de las alineaciones. Las bajas y sanciones han roto la dinámica regular de hombres en los onces de Víctor Muñoz y Popovic. Pero también ha influido la ausencia de largas trayectorias en el Real Zaragoza. Álamo es el más veterano con tres temporadas, en las que, por otra parte, casi nunca ha gozado de un peso relevante o indiscutible dentro de los planes de los entrenadores. Este Zaragoza reconstruido en verano no posee raíces sólidas en el club. Hay además demasiados cedidos y la plantilla transmite esa sensación de provisionalidad. La consecuencia directa de esto es que no hay un caldo de futbolistas con lazos en el club, quebrándose la identidad y el sentimiento de pertenencia, una cuestión que afecta también a los vínculos emocionales o símbolos sentimentales que la afición busca y admira en un equipo de fútbol.


Es habitual que a principios de curso los vestuarios decidan la jerarquía de capitanes en función de diversas circunstancias: veteranía, longevidad en el club, arraigo sentimental, carácter... Hay veces que es el entrenador quien fija las bases de esa elección (muchos no quieren a porteros como capitanes para mejorar las posibilidades de comunicación dentro del campo con el árbitro, asistentes...), pero casi siempre parte de la voluntad de los jugadores. En el Zaragoza se eligieron cuatro capitanes, en este orden: Alcolea, Javi Álamo, José Fernández y Rubén González.


Las preferencias de los entrenadores han provocado que Javi Álamo haya sido la opción principal como capitán. En su ausencia, ha sido Fernández el habitual reemplazo después de que Alcolea permaneciera como tercer portero más de media temporada y que Rubén haya estado cuatro meses de baja. No obstante, los cuatro han sido en uno u otro momento capitanes esta temporada. Rubén a partido corrido, pero Alcolea desde el principio cuando tomó la titularidad. Sin embargo, Popovic prefiere que el brazalete esté en un jugador de campo. Así, Pedro lo lució en Santander y ahora se ha determinado que sea Vallejo. Pero a lo largo de la temporada, otros dos jugadores tuvieron la oportunidad en el transcurso de un encuentro. Por ejemplo, Diego Rico, capitán unos minutos contra el Valladolid en un día que también lo fueron Álamo y Fernández. Del mismo, modo lo fue Carlos Diogo antes de su salida del club.


En total, ocho capitanes en un año. Un dato extraordinario.