Rafa Nadal se crece en Madrid

Mejora su nivel, vence a Bolelli (6-2 y 6-2) y se mete en cuartos de final, donde tendrá ya una prueba más exigente ante Dimitrov.

Para no haber llegado todo lo bien que le hubiese gustado, no le fue mal a Rafael Nadal en su segundo partido en Madrid. Para no tener toda la confianza que desearía, el actual campeón en la capital española resolvió bastante bien en octavos. "He jugado un poco mejor que el miércoles. Ha habido una progresión", reconoció tras su partido un esperanzado Nadal. Por ahora, ha comenzado el torneo marcando el territorio, primando la eficacia y dejando el brillo y la espectacularidad para mejores ocasiones. Cuestión de ir partido a partido, victoria a victoria. La receta es el ‘cholismo’: pocas florituras y muchos triunfos para sanar su maltrecha confianza. Si encima es capaz de volver a disfrutar a ratos y poner en pie La Caja Mágica como hizo, mejor que mejor. Así venció a Simone Bolelli por 6-2 y 6-2. En cuartos espera Grigor Dimitrov, la verdadera prueba para ver el estado real del español.


El final del partido poco tuvo que ver con cómo empezó. El italiano arrancó muy efusivo. Parecía que se lo creía. La iniciativa era suya. Nadal estaba a merced de su rival, que reventaba la pelota en cada golpe. Pero eso duró apenas los cuatro primeros juegos. Una vez roto su servicio, el número 63 del mundo se disolvió en la pista. Fue el pupilo de Toni Nadal el que dio dos pasos hacia delante. Así encadenó seis juegos consecutivos.


Entre medias, su servicio se afianzó. Si al principio tan pronto podía hacer un saque directo como una doble falta, con el paso de los juegos se asentó y cogió la iniciativa. Creció su servicio y sobre todo su derecha. Esa que al principio le dio más problemas que soluciones, la que sin aportarle muchos tiros ganadores sí le fue útil para ganar confianza. Fue desde el fondo donde más mejoró. Tanto que al final se animó a buscar líneas y a arriesgar más para probarse de cara a lo que le viene.


Una cosa está clara. Nadal va pisando poco a poco el acelerador en Madrid. Si el miércoles puso velocidad de crucero para ganar a Johnson, este jueves subió una marcha. Ya está en quinta y le falta un poco para llegar a la sexta. Quizá necesite también un rival de entidad como el que le espera en cuartos: el búlgaro Dimitrov. "Es de estos partidos que sabes que no vale jugar a medias. Tienes que jugar a un nivel alto", adelantó el de Manacor. Se enfrentará el presente contra el futuro del tenis, una buena prueba para conocer si la maquinaria del cuatro veces ganador en Madrid está de verdad lista para los grandes premios que llegan ahora.