La clave del trazado urbano durante siglos

En el casco antiguo de la ciudad se han encontrado númerosos vestigios y se estima que llegó a tener una longitud de unos 3.000 metros y unos 120 cubos o torreones defensivos.

El trazado de la muralla de Zaragoza se conoce bien porque hasta ahora se han encontrado vestigios en una treintena de solares del casco antiguo de la ciudad. Discurría por los números pares de la actual avenida de César Augusto, los impares del Coso y a lo largo del paseo de Echegaray y Caballero. Se estima que llegó a tener una longitud de unos 3.000 metros y unos 120 cubos o torreones defensivos, aunque esta fisonomía es la que Juan Paz asegura que corresponde a época islámica. Esa cifra, muy alta, unida al hecho de que llegó a tener diez metros de altura y cuatro o cinco de anchura, convertiría la ciudad en prácticamente inexpugnable.


Además de los restos encontrados en el subsuelo, se han conservado dos tramos: el más largo, de unos 80 metros de longitud, en el extremo noroeste de lo que era Caesar Augusta, al lado del Torreón de La Zuda, y otro en el lado nordeste, que actualmente forma parte del Convento del Santo Sepulcro.


En el primero de ellos se pueden distinguir dos subtramos: uno, el grande, el de los ‘torreones’ (islámicos, según Juan Paz), que ha experimentado numerosas intervenciones a lo largo de los siglos; y otro, más pequeño, cercano a la estatua de Augusto, que según los especialistas permanece tal cual se levantó en su día, aunque muy afectado por las humedades.


Algunos historiadores consideran que la muralla romana se construyó entre los siglos I y III, aunque, en realidad, hablan de dos murallas, una de hormigón, fechada en el siglo I, y otra de piedra, para la que se reaprovecharon sillares de grandes edificios, como el teatro, levantada a finales del siglo III o principios del IV. También hay especialistas que hablan de una única muralla (siglo III después de Cristo) construida con un cuerpo interior de hormigón romano revestido con sillares al exterior.


En 1933 fue declarada Monumento Nacional, por lo que hoy es Bien de Interés Cultural, y goza de la máxima protección legal.