Lacasa, chocolates y dulces respetuosos con el medio ambiente

Gracias a la gestión integral de todas las aguas de sus procesos de fabricación, lodos y fangos acaban convertidos en biogás y compost.

Para reducir la emisión de CO2, se han tomado medidas como suprimir o reducir las tintas de impresión en cajas y envoltorios.
Lacasa, chocolates y dulces respetuosos con el medio ambiente

A nadie le amarga un dulce. Y si, además, este dulce se ha fabricado bajo los principios de la sostenibilidad, le concede un valor añadido que cada vez es más apreciado por los consumidores.


Esta es la filosofía de trabajo del Grupo Lacasa, una empresa aragonesa dedicada a la fabricación de dulces y chocolates desde 1852. A lo largo de su historia, el Grupo Lacasa ha conseguido mantener la combinación entre la tradición y la innovación en un bien como el chocolate, tan presente en nuestras vidas cotidianas, y gracias a marcas tan reconocidas como Lacasitos, Conguitos o Lacasa. Para ello, la estrategia de desarrollo de la empresa ha buscado apoyarse en la eficiencia y la ecoinnovación, como motores de la mejora competitiva.


La sede del Grupo Lacasa se encuentra en Zaragoza, donde dispone de dos centros de producción. También dispone de otros tres centros en España.


En total cinco centros de producción, más de 540 empleados y un volumen de facturación superior a 123 millones de euros al año, que llevan a la compañía a buscar de forma constante nuevas formas de optimización de sus procesos productivos. A través de estas medidas, la empresa consigue reducir el consumo de materias primas, energía o agua, implicando un menor coste de producción y, al mismo tiempo, una reducción del impacto medioambiental.


Huella de carbono


Una de las medidas que el grupo ha llevado a cabo es la medición de Huella de Carbono a sus productos. Este certificado mide la cantidad de gases de efecto invernadero que se emiten en la cadena de producción, permitiendo a los técnicos de I+D+i identificar y cuantificar los puntos más críticos y, así, definir un plan de medidas para reducir o incluso neutralizar las emisiones de CO2 asociadas a los productos.


De este modo, se han suprimido o reducido las tintas de impresión en las cajas de almacenaje o los envoltorios de PVC en los estuches de turrón, con la consecuente reducción del uso de plásticos y consumo energético. Por otro lado, se está estudiando la introducción de plásticos de fuentes naturales, que sean biodegradables y que permitan posteriormente la fabricación de compost con sus residuos.


Gestión de aguas 


En materia de aguas, Lacasa gestiona íntegramente todas las aguas procedentes de sus procesos de fabricación. Dispone de una estación depuradora que genera lodos y fangos que son gestionados para convertirlos en biogás y compost.


También se promueve un consumo de agua más eficiente en los procesos mediante un control exhaustivo, la concienciación del personal y el control del consumo diario.


La gestión de los residuos que se generan en las instalaciones también es un aspecto clave. En los últimos cinco años, se han disminuido los residuos destinados a vertedero mediante el reciclado de cartón, plástico, madera, aparatos eléctricos y electrónicos, pilas, etc.


A esto ha contribuido el trabajo de reducción del espacio vacío en envases y embalajes, consiguiendo optimizar su distribución en los palets. Así se ha conseguido optimizar los sistemas de transporte y reducir las emisiones de CO2 asociadas.


Política medioambiental


Dentro de la política medioambiental de la empresa se encuentra la utilización de criterios ambientales en la selección y evaluación de proveedores, especialmente en envases y embalajes de cartón. Estos deben utilizar procesos de fabricación ecoeficientes y estar certificados dentro del Consejo de Administración Forestal, que garantiza que los bosques de donde proceden las materias primas estén gestionados de forma sostenible.


Todas estas medidas no solo han ayudado a mantener la calidad de los dulces y chocolates, sino que, además, han permitido mejorar el control de los procesos. El aumento de la eficiencia ha conseguido disminuir la merma (los productos defectuosos) un 15% y el margen que no es posible reducir por el momento se gestiona como subproducto para otras empresas.