La cualificación y la seguridad

Las empresas piden gente más preparada, con idiomas y formación más práctica, mientras los sindicatos reclaman mejores
condiciones laborales.

Mejora la economía, constatan los indicadores macro, y sin embargo cuesta mucho reconocer que este cambio de tornas también se nota en el mundo laboral. En todo foro empresarial que se precie, y no digamos en los sindicales, aparecen visiones interesantes sobre la situación de quienes estamos hoy en el mercado de trabajo, con notables diferencias entre quienes entramos en él ya hace unos años y quienes se han incorporado más recientemente. Es evidente que hay ya una brecha entre unos y otros, y a nadie se le escapa que son muchas las cosas que están cambiando, de modo que quizás todos tengamos que hacer un esfuerzo para ver las cosas con otros ojos. Frente a nuevas realidades, las marcadas por la globalización o la irrupción de novedosas tecnologías, surgen otras formas de trabajar, lo que exige a las organizaciones contar con empleados o más formados o con una cualificación distinta. En este escenario sigue siendo importante, por otra parte, contar con los sindicatos, que deben ser capaces de responder a lo que exigen los nuevos entornos sin olvidar que están ahí para garantizar las más adecuadas condiciones laborales en los puestos de trabajo y reivindicar mejoras siempre que lo consideren necesario. Visiones de unos y otros, de representantes de empresas y de dirigentes de centrales sindicales, pudieron escucharse esta semana en distintos foros.


Coloquio de APD.


Convocó el capítulo aragonés de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) una jornada sobre la denominada industria 4.0, es decir, las fábricas del futuro. Más allá de cuestiones técnicas, en el correspondiente coloquio con representantes de empresas se habló de la preocupación por la gente que se contrata. "Hoy no todas las enseñanzas regladas responden a los perfiles que necesitamos", protestó Francisco Mur, director de Ingeniería de producción, mantenimiento y aprovisionamientos del grupo Jorge. Tras criticar a las universidades por estar "de espaldas al mundo industrial", Mur consideró también que hoy falta más actitud entre los jóvenes, que llegan a las empresa planteando exigencias antes de mostrar su disposición a emplearse a fondo. "Falta gente un poco loca, no encontramos a gente con ilusión, con más ganas de aprender", señaló. Ignacio Arruga, director de fábrica en BSH Electrodomésticos, corroboró que hoy "salen técnicos excelentemente formados, pero sin visión real", y recordó que en la compañía que integra a la marca Balay han intentado suplir el vacío en algunos puestos con programas de formación dual. José Antonio Ostáriz, gerente de Wittur, por su parte, lamentó que en Aragón tengamos excelentes ingenieros que no crecen más profesionalmente porque no saben inglés. "Saben mucho, pero no pueden defender sus conocimientos en otros entornos por esa carencia", apuntó el responsable de la antigua Selcom Aragón, firma de la industria de los ascensores.


Francia.


En otra mesa redonda esta semana, organizada por la asociación Diálogo y que versó sobre las relaciones España-Francia, el consejero delegado de Pikolin, José Antonio González, habló de lo que une y separa a los ciudadanos de ambos lados de los Pirineos y apuntó varias cuestiones interesantes. Una de ellas tiene que ver con el conocimiento de la lengua francesa que tenemos los españoles, recalcando que, por ejemplo, en el mundo empresarial la exigencia depende de si se va al vecino país a vender o a comprar. El español que quiere vender ahí debe hablar muy bien francés, indicó, mientras que al que vaya a comprar no se le exigirá tanto.


Salud laboral.


El pasado lunes, los sindicatos CC. OO. y UGT celebraron en el Patio de la Infanta de Ibercaja una jornada sobre salud y seguridad laboral de gran interés. Impulsada por sus responsables en la materia en Aragón, Benito Carrera y José de las Morenas, en los debates e intervenciones a la prensa se subrayó que los accidentes laborales han registrado repuntes recientemente por el incremento de la actividad económica y por el menor poder de influencia que tienen los sindicatos como consecuencia de cambios legislativos. Los dos sindicatos prometen estar (más) vigilantes para defender a los trabajadores.