La madre que halló a su hija robada quiere que le tomen el ADN al padre biológico

La joven ha aportado un documento a la Policía en el que demuestra que su progenitor natural, casado y con cinco hijos, renunció a su paternidad cuando ella nació en 1985.

La madre que ha encontrado a la hija que le robaron en 1985 en la clínica Montpellier de Zaragoza va a solicitar en los próximos días en el Juzgado de Instrucción número 4 que se practique la prueba de ADN al supuesto padre biológico para que se confirme su paternidad. Como publicó HERALDO, la madre halló la semana pasada a su hija después de dos años de investigación policial y de que un forense privado confirmara su relación consanguínea mediante las pruebas de ADN.


A la madre, conocida como María, le pagaron un billete a Canarias después de dar a luz con cesárea en la citada clínica y le dijeron que "el niño" había muerto víctima de una cianosis o asfixia y que se iban a encargar de su entierro. Pero la verdad era que ni era niño ni había muerto, sino que había dado a luz una bebé sana que fue entregada a una familia procedente de un municipio de Castellón.


A lo largo de la investigación policial, los agentes tomaron muestras de ADN a la hija adoptiva y esta les entregó un documento que recoge que su padre biológico renunció a su paternidad en julio de 1985. Tampoco se hizo cargo de los gastos del parto en la clínica.


La chica, que también se llama María y tiene 29 años, encontró el documento en la casa de sus abuelos adoptivos. Ellos fueron los que se trasladaron a Zaragoza a finales de junio de 1985, unos días antes del parto, y llegaron a un acuerdo con Teresa Gandía, una conocida estafadora, y con sor Lucía Merino, supervisora de monjas de la clínica.


"Esos señores (los abuelos) tenían un cochazo y ella llevaba muchas joyas", cuenta María. Recuerda que se los presentó Teresa Gandía y unas monjas cuando paseaba por la clínica uno o dos días antes de dar a luz.


El padre biológico estaba casado con otra mujer y tenía cinco hijos, pero llevaba un año conviviendo con la madre de la niña, entre Salou y Zaragoza.Cuando su esposa se trasladó con toda su familia desde Navarra a la capital aragonesa, el hombre dejó sola a su joven amante.


La relación entre la esposa del padre biológico y Teresa Gandía, permitió que esta y Sor Lucía fueran a buscarla días después a un piso en el barrio de San José y la convencieran para dar a luz en la Montpellier. Ahora, durante la investigación policial, la esposa del padre biológico facilitó a los agentes el nombre y el segundo apellido de la niña, lo que ha permitido encontrarla.