La experiencia de... Chocolates Lacasa

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Ya hace más de tres años que Chocolates Lacasa puso su mirada exportadora en el mercado kosher. Atendían pedidos concretos –especialmente para Israel o Europa (Francia o Alemania)– y puesto que la empresa trabaja con lácteos era necesario que su fabricación se realizase bajo el estricto control del rabinato de Madrid o de Barcelona.


Sin embargo, querían ir más allá, cruzar el charco y conquistar el mercado estadounidense. "Es un mercado muy complicado para entrar con un producto estándar porque hay mucha competencia, pero si te diferencias con un alimento kosher tiene una vía abierta", explica Marina Molina, directora de Exportación del grupo chocolatero aragonés.


Las cifras también fueron un argumento. Aunque se trata de unas normas dietéticas con un marcado componente religioso, solo el 20% de los consumidores en EE. UU. son judíos. El resto optan por los productos porque este sello les asegura "calidad, sanidad y seguridad", destaca Molina. No menos importante es que, a nivel mundial, este mercado se estima en unos 558.400 millones de euros entre productos e ingredientes.


Por todo ello esta firma decidió que sus centros productivos situados en la localidad zaragozana de Utebo (Chocolates Lacasa y Mauri) e Ibercacao, cuya fábrica se encuentra en Quintanar de la Orden (Toledo), lucieran un sello kosher con mayor reconocimiento entre los consumidores de todo el mundo. Para hacerlo, se decidieron por OK (Organized Kashrus Laboratories), una certificadora fundada en Brooklyn, Nueva York, en 1935.


Un rabino llegado desde Israel fue el encargado de supervisar la producción y sus instalaciones. "Para nosotros fue relativamente sencillo porque prácticamente todos nuestros ingredientes son kosher, de proveedores normalmente europeos que también tienen certificación", detalla Molina, que matiza, sin embargo, que también fueron necesarios cambios, por ejemplo en determinados aditivos. "No podemos utilizar el colorante rojo procedente del insecto cochinilla", detalla la directora de exportación de Lacasa. Por eso, sus Lacasitos más internacionales han perdido este color. "Tenemos una gama especial con un rojo diferente 100% vegetal", detalla Molina.


El proceso productivo también ha sido cuidadosamente supervisado. "Insisten mucho en la limpieza de las líneas de producción, una limpieza que debe hacerse con agua a altas temperaturas", afirma. Pero claro, advierte que en una fábrica como la suya "si entra agua en la línea, adiós Chocolates Lacasa", por lo que esta limpieza se realiza con manteca de cacao, también a altas temperaturas, y además se realiza un arrastre, esto es, se desecha una primera producción "200 o 300 kilos, lo que establezca el rabino". La línea que produce kosher solo puede utilizarse para eso y mientras trabaja en estos productos no puede estar operativa en sábado (día de descanso en la tradición judía).


Lacasa también fabrica productos ‘kosher for Passover’, es decir, aptos para la Pascua Judía, una conmemoración en la que solo puede consumirse leche ‘jalav Israel’, es decir aquella cuya producción ha sido vigilada por un rabino. En estos casos, explica Molina, no queda otro remedio que importar la leche desde Israel porque únicamente allí se produce bajo estos preceptos.


Así, su nuevo sello kosher pronto estará en el mercado, donde Lacasa ya ha establecido contactos con potenciales clientes.