Patentes, herramientas para la I+D+I

Las patentes están ligadas a todo producto innovador. Acaba de publicarse en el BOE la convocatoria de subvenciones para el fomento de las solicitudes de patentes y modelos de utilidad, españoles y en el exterior, para el año 2015. El plazo de presentación concluye el 23 de abril. ¿En qué casos es recomendable patentar?

En 2018 se solicitaron 1.576 patentes nacionales, 710 menos que en 2017.
Patentes, herramientas para la I+D+I
Itainnova

En el Instituto Tecnológico de Aragón (Itainnova), las patentes siempre están presentes a lo largo del proceso de diseño y desarrollo de cualquier producto innovador, como fuente de información y como vía de protección.


Las patentes tienen especial relevancia a la hora de desarrollar producto. Las patentes son tenidas en cuenta en Itainnova en las distintas fases de los proyectos de diseño.


A partir del planteamiento de un problema y tras la definición de especificaciones, empezamos con la fase de generación de conceptos. En esta fase es fundamental la realización de un estado del arte que nos permita conocer las tecnologías y soluciones técnicas disponibles para resolver nuestro problema.


Estados del arte. Vigilancia tecnológica. 


Mediante un proceso organizado, selectivo y sistemático, buscamos y analizamos las soluciones tecnológicas que son accesibles al público en cualquier parte del mundo a través de internet. Para ello, se realizan búsquedas en bases de datos de artículos científicos (WoS, Science Direct, IEEE...) y en bases de datos de patentes, tanto de cobertura nacional (Invenes) como internacional (Spacenet, Patentscope).


Las patentes y los artículos científicos son utilizados para buscar soluciones conocidas a nuestros problemas. Toda empresa debería tratar de conocer, antes de iniciar cualquier diseño, si la solución a su problema está ya en el mercado o si merece o no la pena dedicar tiempo y dinero. Ya en el año 2000, la industria europea perdía cada año unos 2,5 billones de las entonces pesetas debido a desarrollos paralelos e investigaciones duplicadas. Puede ser más interesante comprar una licencia de tecnología, que desarrollarla de nuevo.


Sin embargo, otras empresas precisamente tienen como estrategia descubrir algo realmente novedoso, que vaya a suponer beneficio a la empresa y para ello destinan y dedican un alto capital humano y financiero. En este caso, también es imprescindible conocer las tecnologías patentadas para tratar de descubrir posibles tecnologías novedosas no protegidas, además de no infringir patentes.


Las patentes constituyen una importante fuente de información científica y técnica equiparable a las publicaciones científicas, incluso son considerados documentos más detallados que los correspondientes a los artículos científicos, tanto en lo que respecta a la propia descripción de la invención como a los antecedentes de la misma.


Las patentes favorecen la divulgación del conocimiento técnico. A través del análisis de las patentes, Itainnova conoce las líneas o tendencias de investigación más actuales o en expansión. Al ser información pública, otros investigadores pueden utilizarla para investigar. Es aquí donde las patentes juegan un importante papel como fuente directa de inspiración en la generación de nuevos conceptos, incluso de modelo a imitar con ligeras modificaciones.


Una solución patentada en otro sector industrial u otro país podría ser utilizada para resolver nuestro problema, sin infringir dichas patentes. Soluciones patentadas en otros sectores industriales, con pequeñas adaptaciones, podrían ser implementadas en nuestros productos. En ocasiones, puede interesar utilizar tecnologías protegidas en países donde no tenemos previsto trabajar (como por ejemplo, Corea o China) y que no han sido protegidas en los países donde fabricamos o comercializamos.


Estudios de infracción.


Una vez generado el concepto, es el momento de elaborar un primer estudio de infracción de patentes con el fin de cuidar de no infringir patentes ya concedidas o que preveamos que pueden ser concedidas. Conociendo los mercados en los que vamos a fabricar y vender nuestro producto, debemos cuidar de no infringir las patentes registradas en las correspondientes oficinas de patentes de esos países. Hemos de comprobar que la invención no ha sido ya registrada por otra persona o entidad en dichas oficinas.


Protección. Estudio de patentabilidad.


Una vez que hemos comprobado que nuestro concepto no infringe, avanzamos con la fase de diseño, fabricación de prototipos y pruebas y validaciones. Si finalmente nuestra inversión se materializa en alguna innovación, es el momento de proteger el esfuerzo en I+i y conocer el valor que realmente tiene.


Se dedica mucho tiempo y dinero a encontrar nuevas soluciones. Toda la inversión en I+D+i debe ser protegida para que genere un valor. Dependiendo del grado de novedad, de la facilidad de ser copiado y de los mercados a los que nos dirigimos, será conveniente elegir una estrategia de protección u otra.


Una de las vías de protección de nuestras innovaciones es mediante las patentes, con el fin de impedir a la competencia la fabricación o venta de nuestros productos innovadores; además, puede convertirse en dinero a través de la explotación directa o la comercialización de licencias.


Si la invención es fácilmente copiable, como en el caso de los diseños mecatrónicos, interesará una protección mediante patente para, así, convertir la inversión en I+D en dinero. Si realmente nuestra invención va a revolucionar el mercado (en pocos casos ocurre), habrá que pensar en cubrir una mayor extensión geográfica. Aunque la protección mediante patentes es un proceso largo, costoso y con gran carga técnica, nos permite reducir la competencia, ya que es posible impedir que otras personas utilicen comercialmente nuestra invención patentada. De todas formas, si es posible ejercer la explotación del producto de forma secreta y confidencial, con garantías de no ser copiado, es recomendable no patentar, puesto que la patente, además de una inversión económica, implica hacer pública la invención. Sin embargo, dicha publicación constituye en sí misma uno de los valores de las patentes.


Si finalmente protegemos mediante patente, debemos realizar nuevos estudios, en este caso de patentabilidad. Una invención, para que sea patentable, debe ser nueva y tener actividad inventiva, entre otros requisitos. Eso supone que, previamente a la presentación de la solicitud de la patente, debemos asegurarnos de que no existen documentos públicos (patentes, artículos, ponencias, catálogos, etc.) que anticipen nuestra invención.


Las patentes son documentos técnicos y legales, por lo que es conveniente contar con el asesoramiento de profesionales como son los agentes de la propiedad industrial.