“Ha pasado un siglo y seguimos esperando”

Los agricultores se muestran frustrados por las continuas demoras de un proceso de transformación que se inició con sus bisabuelos.

De izquierda a derecha, Cruellas, Serviá y Portolés, junto a la arqueta de la que saldrá el sifón de Cardiel, justo al pie del embalse
De izquierda a derecha, Cruellas, Serviá y Portolés, junto a la arqueta de la que saldrá el sifón de Cardiel, justo al pie del embalse
P. Puértolas

"Hace algo más de cien años, mi bisabuelo vio cómo colocaban las estacas que señalaban el trazado del canal que nos traería el agua hasta el municipio de Fraga y escuchó las promesas de que sería pronto una realidad. Ha pasado un siglo y seguimos esperando". Así se expresa Francisco Cruellas, agricultor de 35 años de edad y vecino de Fraga, frustrado ante las continuas demoras del proceso de transformación de la zona regable de Monegros II.


La superficie fue declarada de Interés General en 1986. Hace tan solo una semana, los 294 propietarios de la zona de Fraga recogieron sus títulos de propiedad derivados del proceso de concentración parcelaria, que ha supuesto una inversión de alrededor de 10 millones de euros. La mayoría lo hicieron con un sabor agridulce. De hecho, muchos ya están jubilados y temen que la transformación en regadío se siga demorando, llegando tarde también para las nuevas generaciones.


"El retraso de estas obras es alarmante y necesitamos una solución, ya que muchos agricultores se están viendo obligados a buscar tierras fuera del municipio para dar continuidad a su actividad, lo que desarraiga a la población y nos impide crecer", explica Ramón Portolés, natural de Fraga y propietario de 30 hectáreas en la zona de Monegros II.


En opinión de Portolés, las causas del retraso están claras: "Faltan políticos preparados y concienciados, que comprendan el impacto de los regadíos y que, al igual que ocurre en Cataluña, Navarra o Extremadura, apuesten por invertir en las infraestructuras necesarias; y además, falta solidaridad dentro del sistema de Riegos del Alto Aragón, en el que nos han demostrado que el regante es el principal enemigo del regante expectante". "Aunque estemos en la cola, formamos parte del sistema y tenemos el mismo derecho a disfrutar del agua", añade el agricultor.


"Vivimos una situación injusta y nos sentimos como los grandes olvidados", apostilla Portolés. A priori, la transformación prevista resultaría "rentable y competitiva" en el municipio de Fraga, ya que el agua llegaría por presión natural, sin necesidad de bombeos, lo que evitaría el coste energético y dejaría el precio en alrededor de 0,03 euros/m3, inferior a la tarifa media de otras zonas. A ello, unen la larga experiencia en el sector frutícola, que podría crecer de forma notable e ir acompañado de otros productos, lo que generaría trabajo en mano de obra e incluso servicios y transformación. "Las cifras están claras y solo queremos que nos dejen crecer", concluye Portolés.