Italia emprende una reforma para dejar al Senado sin funciones legislativas

Renzi quiere acabar con el inmovilismo de la Cámara alta, en la que hay normas que llevan años paralizadas.

La votación.
La votación.
Alessandro Di Meo/Efe

Italia dio ayer un paso más hacia el fin del bicameralismo perfecto después de que la Cámara de los Diputados votase a favor de una reforma del Ejecutivo de Matteo Renzi que prevé acabar con la función legislativa del Senado.


En total, 357 diputados votaron a favor, 125 lo hicieron en contra y siete se abstuvieron mientras que los miembros del Movimiento 5 Estrellas (M5S) abandonaron el hemiciclo al grito de "fascistas".


El primer ministro italiano, que no es diputado, se apresuró a celebrar el resultado en su perfil de Twitter y aseguró que la aprobación de su reforma hace de Italia "un país más simple y justo".


Le siguió la responsable del texto, Maria Elena Boschi, ministra italiana para las Reformas Constitucionales, que aplaudió en la misma red social el hecho de que el país "siga hacia delante".


Renzi cuenta con una mayoría holgada en esta Cámara por lo que toda la atención estaba puesta en la actuación de los diputados del partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia (FI). El líder conservador, de 78 años, había pedido el voto contrario de su bancada a la reforma de Renzi, al que considera un "arrogante".


El enfado del ex primer ministro se debe a que Renzi rompió la alianza que ambos mantenían cuando propuso un nombre para la Presidencia de la República sin consensuarlo previamente con él: el de Sergio Mattarella, a la postre nuevo jefe del Estado. Sin embargo, la autoridad del exmandatario, que acaba de cumplir condena de servicios sociales por defraudar al fisco, parece en entredicho y algunos miembros del partido han manifestado recientemente su oposición a su dictamen.


Finalmente los diputados conservadores votaron de forma unitaria y de acuerdo a lo establecido por Berlusconi, aunque algunos de ellos firmaron un documento expresando su disconformidad y justificando su obediencia por "lealtad y afecto" hacia el magnate.


El texto aprobado ayer es una reforma de la Constitución (1947) y, por ende, requiere de un proceso de tramitación especial: deberá ser refrendado de manera idéntica por las dos sedes del Parlamento.


Esta fase se desarrollará en ambas sedes y en ella no podrán efectuarse cambios en el texto legislativo, sino que los diferentes partidos solo podrán aprobarlo o rechazarlo.


La legislación propone la celebración de un referéndum en caso de que el Gobierno no recabe los apoyos necesarios para su aprobación, una herramienta que Renzi ya ha asegurado que usará para dar la última palabra a los italianos.


La reforma incluida en la propuesta supone el fin del bicameralismo perfecto, con la supresión de la función legislativa del Senado, que se verá privado totalmente de ella.


Esta Cámara de las Regiones, como se pretende sea rebautizada, estará compuesta por cien miembros, en vez de los 315 actuales, y no serán elegidos en las urnas, sino entre los asesores regionales y alcaldes por un mandato de siete años. Tendrá menos competencias y deberá ratificar solo reformas de la Constitución, referéndum populares y tratados internacionales, entre otras pocas cosas más.


Renzi pretende acabar con el inmovilismo legislativo, con normas paralizadas durante años debido a que el actual sistema exige su aprobación tanto en la Cámara de los Diputados como en el Senado, con poderes muy similares.