El Real Madrid roza la debacle

Bochornoso partido de los blancos ante un Schalke que se acercó al milagro. Solo la pegada salvó a un equipo despedido con gritos de "¡fuera, fuera!".

Huntelaar marca el 1-2 en el Bernabéu, con Casillas y Varane por los suelos.
El Real Madrid roza la debacle
Gerard Julien/Afp

No puede argumentar esta vez Carlo Ancelotti de que a su equipo le faltase pegada. Fue lo único que tuvo frente al Schalke en un duelo pésimo del campeón continental que deja muy tocado al técnico y en especial a Iker Casillas, errático en tres goles. El ansiado regreso de Luka Modric, los dos goles de Cristiano, y el bello tanto de Benzema, no pueden esconder la cruda realidad. Este Real Madrid es un puro caos. Rozó el drama frente a un Schalke que por momentos pareció el Bayern de Múnich. Acabado el duelo con el pase a cuartos, pero la afición despidiendo a los locales con gritos de "¡fuera, fuera!".


Para empezar, sorprendió el once elegido por Ancelotti, con tres cambios respecto a San Mamés. El desempeño de Khedira fue deplorable. Ni ayudó a Kroos a quitar, ni tampoco a elaborar. Lento y pesadote, deambuló por Chamartín. También llamó la atención la titularidad de Arbeloa y Coentrao, los laterales menos ofensivos, en un periodo en el que a los blancos les falta penetrar más por los costados. Fracasaron los dos, aunque el luso puso el centro del segundo gol. Desconcentrados y hasta indolentes, dejaron hacer a su antojo a cuantos jugadores entraron por su zona. El primer tiempo del Real Madrid fue puro desconcierto. Una forma de jugar y una actitud inimaginables, un desbarajuste mucho mayor que en San Mamés. Ni ansia por robar, ni deseo de presionar, ni tres pases seguidos.


El 0-1 generó temor entre el público y permitió a los germanos creérselo. Pero regalaron un saque de esquina que ejecutó con precisión Kroos y cabeceó Cristiano. Lo celebró el portugués con unos gestos de enfado inusitados. El 1-2, obra de Huntelaar, hacía justicia. El holandés, que había lanzado a la madera poco antes, se encontró con en rechazo muy cortito de Casillas tras tiro de Mayer, de nuevo sin oposición. Otro gol del Schalke provocaría un drama en Chamartín. Menos mal para los blancos que apareció Cristiano de nuevo. Benzema tranquilizó los ánimos durante unos minutos. Pero ocurrió que Sané se encontró solo con un balón y batió a Iker, quien ni siquiera sacó la mano. Ancelotti aprovechó para poner en liza al deseado Modric y apagar los abucheos contra Khedira. La situación pareció bajo control. Pero Huntelaar se encargó de avivar el fuego. El incendio pudo ser terrible y dejar graves secuelas. Pero sobrevivió el Madrid y al menos Iker paró dos.