Más dudas que certezas

Solo las genialidades de Isco y el gol de Benzema que selló la victoria ante el Deportivo silenciaron el runrún del Bernabéu

Cristiano Ronaldo se mostró cabizbajo durante buena parte del encuentro con el Deportivo.
Más dudas que certezas
SUSANA VERA/rEUTERS

A pesar de la victoria ante el Deportivo, de dejar su portería a cero, de continuar una semana más al frente de la tabla en el torneo de la regularidad y de poder preparar sin más sobresaltos el regreso a la Champions, este miércoles en Gelsenkirchen ante un limitado Schalke 04, el Real Madrid dejó más sombras que luces una semana después de su ridículo en el derbi del Vicente Calderón.

Sólo las genialidades y el golazo de Isco hicieron disfrutar a lo grande una hinchada molesta por la actitud y el juego del equipo de Carlo Ancelotti, recibido con algunos abucheos cuando su nombre sonó por la megafonía en los prolegómenos del choque ante un adversario mucho más armado que en el duelo de la primera vuelta en Riazor (2-8).


Las mayores broncas previas fueron para Gareth Bale, más activo y trabajador en defensa que de costumbre, y Karim Benzema, aunque Cristiano Ronaldo también recibió algún abucheo por su fiesta extemporánea tras la derrota contra el Atlético. Además, la hinchada reabrió el debate en torno a Iker Casillas, determinante con dos buenas paradas a Isaac Cuenca y Oriel Riera en dos momentos clave.

"El varapalo ante el Atlético nos ha servido como cura de humildad. La unión del grupo es magnífica. Este equipo sabe levantarse de las peores situaciones. Estamos juntos y con más fuerza que nunca", destacó el malagueño, quien no conoce la derrota cuando marca desde que es profesional. Isco es "indispensable" para un técnico italiano que consideró "normales" los pitos, tras una "semana frustrante y delicada", y agradeció que el pisotón final de Laure a Marcelo se quedara en sólo un susto.

La ‘procesión’ de Ancelotti

Aunque seguramente la procesión iba por dentro, Ancelotti calificó de "buena" la reacción de su su equipo, destacó la "positiva" la actuación de Cristiano Ronaldo desde el punto de vista técnico, y le puso un "muy bien" de nota al criticado Bale.

Carletto se esforzó tras el choque en intentar convencer a la crítica de que el cambio de Illarramendi por el debutante Lucas Silva, a los 70 minutos, no fue porque no apreciara el trabajo del guipuzcoano, intrascendente durante el partido, sino para dar minutos y confianza al reciente fichaje brasileño. "Ya está listo para jugar", sentenció Ancelotti sobre el nuevo centrocampista, que cumplió aunque se mostró algo tímido y apenas intervino.


Durante muchos minutos, el Real Madrid fue un equipo sin energía, sin agresividad, muy largo e incapaz de gobernar el centro del campo. En diferentes fases, sobre todo en el comienzo de cada período, el Deportivo tocó más, manejó la zona ancha y creó dificultades con Lucas Pérez de enganche. La gran diferencia, muy relacionada con los presupuestos, estuvo el acierto en las áreas.

El problema para los blancos es que un grupo tan partido, incluso con Illarra y Kroos en el eje, sufrirá para derrotar a cualquier adversario poderoso que se encuentre en su camino. Después de los goles de Isco y de Benzema, que, a 18 minutos del final, selló la victoria y silenció el runrún procedente de las gradas, el Madrid siempre se relajó y retrasó posiciones.


Los espacios a las espaldas de los laterales volvieron a ser grandes, ya que ni Arbeloa, ni Marcelo, cerraron bien. No es casual que, a la hora de dar descanso a Isco, Ancelotti decidiese dar entrada a Carvajal y adelantar al brasileño al centro del campo.

CR7, cabizbajo

CR7, apenado por la ruptura con Irina Shayk, sigue cabizbajo. Parece limitado por esa tendinitis rotuliana que le hace jugar inseguro y evitar muchos esfuerzos explosivos; estuvo peleado con el gol. Un piscinazo en busca del penalti, claro signo impotencia. No obstante, dejó destellos extraordinarios como el disparo al travesaño al principio, una media volea que salió cerca del poste y, sobre todo, una elástica inverosímil a Manuel Pablo. La asistencia a Benzema también hay que apuntársela al luso.


El duelo deja damnificado al mexicano Chicharito Hernández, con quien no cuenta para nada Ancelotti. Resulta extraño que cuando a cinco minutos del final salió del campo Benzema, pensando en el duelo ante el Schalke, no entrase otro ariete sino que el elegido fuera Jesé. Los germanos no intimidan, ya que perdieron ante el Eintracht en un duelo resuelto con el gol del brasileño Lucas Piazón y que dejó como gran anécdota el agarrón que descubrió las vergüenzas del camerunés Choupo-Moting.