El mundo plástico de Guinovart

‘El paisaje intervenido’ propone una vertiginosa libertad de la materia

El color, la textura, la variedad del collage y de la técnica mixta.
El mundo plástico de Guinovart
Cdan

Artista de vitalidad creadora, Josep Guinovart (Barcelona, 1927-2007) trabajó desde una perspectiva en la que siempre estuvieron presentes los parámetros de deseo y libertad. Miembro del grupo Tahull en 1955 junto con Muxart, Tàpies, Tharrats, Cuixart y Aleu, su obra deriva desde la figuración hacia el informalismo y la progresiva incorporación de materiales y objetos.


Su carácter le lleva a no doblegarse a una única formulación plástica sino que no ceja hasta capturar su propia iconografía de signos y formas. La exposición no tiene un propósito retrospectivo, sino como indica el comisario Ricardo García Prats (uno de los críticos de arte de HERALDO y en concreto de este suplemento ‘Artes & Letras’), atrapar "el paisaje intervenido", es decir, el efecto generado por el hombre que le lleva al artista a ir más allá de los propios límites del cuadro. Guinovart no se adueña del paisaje con una visión romántica, sino que lo reconstruye desde puntales inexplorados que fagocitan artificios visuales. Su obra es telúrica, germinal y absoluta.


El discurso del proyecto


El discurso expositivo ocupa las dos salas del museo. Cerca de cuarenta obras que proceden en su mayor parte de la Fundación Espai Guinovart de Agramunt. Destaca el ‘Homenaje a Guinovart’. Una instalación que recrea la obra ‘Contorn-entorn’, en la que se percibe la apropiación de la naturaleza por parte del artista. Un conjunto de troncos contorneados y pintados evocan un bosque.


La obra original fue donada por el artista a la ciudad de Barcelona y expuesta en el Museo de Arte Moderno entre 1977 y 1990, ahora se puede ver en el edificio de la Rotonda, del Pueblo Español en Montjuïc. En Huesca el comisario ha ampliado el planeamiento inicial y ha incluido también cinco piezas de la serie ‘Árbol-Libro’, así como distintos catálogos de autores admirados por Guinovart, como Antoni Gaudí y Joan Miró. Junto a ellos desperdigados por la tierra partituras de jazz y volúmenes de Federico García Lorca.


Un montaje que se acompaña de algunas de los cuadros más interesantes de la exposición como ‘L‘arbe és libre’ de 2005, donde aborda la naturaleza desde un planteamiento común en el que se une la realidad subjetiva y la realidad humanizada por medio del hecho artístico. Guinovart a través de su obra, lanza cartas con un mensaje escrito en términos primitivistas. En ‘Costel.lació de cendra i caps’ (1997), cráneos funerarios rotos y semi-ocultos en polvo de lava cenicienta, invocan signos que aluden a la supervivencia de un mundo que va decantándose lentamente hacia la muerte.


Arte y naturaleza y humanismo


El poeta viajero que redescubre los objetos para reintegrarles su identidad, se despliega con amplitud en la sala 1. Las obras distribuidas estilísticamente dan cabida a la manipulación de la materia. Aparece el hombre que se maravilla ante el trigal, que redescubre las calidades arcillosas de los suelos, la taumaturgia de los restos cerámicos o el dramatismo de la paja quemada. Un idioma que es capaz de restaurar la experiencia vivida a través del prodigio de acompasar lo esencial. En la obra de Guinovart existen dos constantes que le acompañan en su trayectoria: su vinculación entre arte y naturaleza y, su capacidad humanista.


Para él la temática es solo el pretexto que sirve a la expresión plástica. Un empeño en demostrar que siempre hay un camino inexplorado. Otra constante en el trabajo del artista es el azul como metáfora del cielo y el mar. En sus obras se citan los recuerdos de la infancia y la cultura mediterránea.


Pintura que integra el agua como superficie infinita. Como el propio Josep Guinovart atestiguó en un escrito firmado en Castelldefels en 2006 "Esta memoria, el azul en el recuerdo, no es un espacio nostálgico sino, más bien, un camino que en cada momento se hace presente persiguiendo el azul que aún no he encontrado y que, afortunadamente, jamás encontraré. La tierra es el atajo de la vida, al fin y al cabo, es el mismo espacio".


Josep Guinovart es un artista independiente por convicción que nunca olvidó que la contemporaneidad en el arte nació de un momento de liberación.