El socavón más serio

Por primera vez en esta liga, el Zaragoza enlaza cinco partidos seguidos sin ganar.
La victoria en Santander se hace obligada para salir del bache, disipar dudas y renovar el ánimo en la pelea por la zona de ascenso.

Borja Bastón cae al suelo junto al central del Lugo tras un remate fallido en el partido del pasado sábado.
Borja Bastón cae al suelo junto al central del Lugo tras un remate fallido en el partido del pasado sábado.
josé miguel marco

El Real Zaragoza vive el momento más delicado de la temporada en cuanto a resultados. El 0-0 ante el Lugo significó enlazar por primera vez en lo que va de liga cinco partidos consecutivos sin conocer la victoria, superando las dos rachas negativas que sufrió el equipo en el primer trimestre de la competición, aún con Víctor Muñoz en el banquillo, y que se quedaron en cuatro partidos encadenados sin ganar.


El equipo de Popovic se quedó calado en Pamplona, aquel martes 10 de febrero. El Zaragoza ganó en el helado Sadar al Osasuna por 0-1 con el gol de Ruiz de Galarreta y se apagó. Ha sido incapaz de repetir esa experiencia en cinco jornadas donde, por el perfil medio-bajo de los rivales, todo hacía presagiar el despegue firme hacia la cabeza de la tabla clasificatoria que sigue ocupando el quinteto de escapados, Betis, Sporting, Valladolid, Las Palmas y Girona.


De repente, en principio sin razones de peso aparentes que, en las últimas dos jornadas, se han justificado con la visible epidemia de bajas que tiene a la plantilla desmembrada en grado extremo, los futbolistas bajaron su rendimiento con estrépito. No tuvieron argumentos para ganar al colista Sabadell (0-0). Fueron goleados 4-0 por un Alavés que cabalga en la 15ª posición. Se vieron incapaces de superar al modesto Llagostera (2-2), entonces saliendo de la cola, ahora 13º. Cayeron 3-2 en Mallorca ante un contrincante irregular que es 12º. Y, anteayer, no pasaron de la igualada inicial ante el Lugo, el 11º del torneo.


Son 32 días sin oler un triunfo. Más de 450 minutos sin saber sujetar ventajas, sin tener capacidad para remontar, con un grado de vulnerabilidad de la portería propia que ha estropeado los buenos registros logrados justo en el tramo anterior a esta crisis y que tanta ilusión generaron en la afición blanquilla. Ante cinco rivales a priori accesibles, el Zaragoza ha dejado escapar entre las manos 12 de 15 puntos. Una barbaridad. Un lujo que deteriora la carrocería de cualquier aspirante a algo grande en una liga de cualquier categoría.


En esta racha que, como mínimo, va a durar cinco semanas, el Zaragoza ha perdido ya por el camino el 80 por ciento de los puntos dirimidos ante adversarios con los que debería haber sumado la mayor parte de los mismos. Solo la segunda pájara que vivió el equipo en las cuatro semanas que acabaron con Muñoz (sumó un punto de 12), supuso un parón mayor en la tabla. Entonces volaron el 92 por ciento de los puntos en un episodio que precipitó al cuadro zaragocista a la novena posición. Tras patinar ante Tenerife, Sporting, Betis yNumancia, el retorno al éxito llegó en el debut de Ranko Popovic al golear 4-1 a la Ponferradina.


Antes, en el mismo arranque liguero, el incompleto y balbuceante Zaragoza de agosto y septiembre también anduvo cuatro semanas sin argumentaciones suficientes como para doblegar al Recre, Osasuna, Barça B y Sabadell en la primeras y preocupantes jornadas que se arreglaron a la quinta, derrotando 1-0 al Alavés en casa.

La clasificación no alarma tanto

Paradójicamente, la clasificación no es tan alarmante como el profundo socavón de rentabilidad que padece el equipo aragonés. Pese a haber sumado solo 3 de los últimos 15 puntos, el Zaragoza sigue metido en el 6º puesto, con 43. Y, salvo la presencia amenazadora de la Ponferradina, erigido en el rival directo por ese escalón que da opción a promocionar a Primera División en junio (ahora es 7ª con un punto menos 42), los demás perseguidores se han quedado a cinco puntos, un colchón aún cómodo (con 38 caminan Leganés, Numancia, Lugo y Mirandés).


Por ahora, el efecto mayor de esta depresión zaragocista ha sido no poder optar a enganchar a los cinco de arriba, que se han ido ya a una horquilla entre 9 y 13 puntos. Un mundo. Pero, para no agrandar los efectos nocivos de esta mala dinámica, es obligado ganar en Santander y, a la sexta, poner punto final a esta pesadilla.