El comercio urge a la Administración a vender Zaragoza como ciudad de compras

Ante la caída de las ventas en el sector minorista, la sobreoferta de superficie comercial en Zaragoza y la imparable competencia del comercio electrónico, el sector insta a las instituciones a promocionar la ciudad en las autonomías limítrofes para atraer más clientes.

De izquierda a derecha, Susana Betrán (Grancasa), Gabriel Morales (Cámara), Salvador Arenere (Puerto Venecia), José Antonio Pueyo (Ecos) y Marta Otal (Aragonia)
De izquierda a derecha, Susana Betrán (Grancasa), Gabriel Morales (Cámara), Salvador Arenere (Puerto Venecia), José Antonio Pueyo (Ecos) y Marta Otal (Aragonia)
Asier Alcorta

El pequeño comercio y las grandes superficies urgen a la Administración a vender Zaragoza como ciudad de compras, un proyecto que impulsó en su día el Ayuntamiento y que consideran perentorio rescatar para activar una "locomotora económica" lastrada por la caída del consumo en Aragón en el último año. A su juicio, el posicionamiento de la capital del valle del Ebro como destino comercial supone una oportunidad dada su posición geoestratégica, la capacidad adquisitiva de las ciudades de su entorno y la extensa oferta de Zaragoza.


Pese a las diferencias que siempre les separan, los representantes del sector comercial fueron capaces de ponerse de acuerdo en un debate organizado por HERALDO a la hora de reivindicar la necesidad de agrandar "la tarta" con los miles de potenciales compradores de las autonomías limítrofes. Su planteamiento viene respaldado por la propia realidad de los datos, ya que la facturación en Aragón cayó más que en ninguna otra comunidad en 2014. Según los datos facilitados el jueves por el Instituto Nacional de Estadística, el comercio minorista logró remontar la crisis al crecer casi un 1%, mientras Aragón se situó a la cola con una nueva caída del 2%.


Con el objetivo de hablar del futuro y de los retos a los que se enfrenta el comercio, este diario ha juntado esta semana en la Cámara de Zaragoza al presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (Ecos), José Antonio Pueyo; al presidente de Comercio Interior de la Cámara, Gabriel Morales; a la directora de Grancasa, Susana Betrán; a la gerente de Aragonia, Marta Otal, y al director de Comunicación y Relaciones Públicas de Puerto Venecia. Todos ellos coincidieron en señalar que su "mayor competidor" es el comercio electrónico, por lo que era necesario reforzar la marca de Zaragoza, especialmente cuando impera "el ahorro del miedo" y el consumo interno sigue deprimido.


Los responsables de los centros comerciales incidieron en que el foco del problema no es tanto cuántos metros cuadrados hay en Zaragoza –la superficie se ha triplicado en una década y la media nacional de metros cuadrados de gran superficie se sitúa en 320, mientras en Aragón llega a los 474–, sino en la necesidad de captar más negocio.


El directivo de Puerto Venecia habla desde la experiencia de haber atraído 5 millones de visitas en el último año –"somos el primer destino turístico de Aragón", subrayó– y de lograr que más de un tercio de sus clientes provengan de las autonomías limítrofes. "Un tercio de los españoles ha comprado por internet en las pasadas Navidades. Es nuestro mayor competidor y por eso hay que motivar al ciudadano para que vaya a comprar, le tienes que ofrecer vivir una experiencia", añadió.


Arenere señaló que ya lo hacen en su centro y que el concepto se debe hacer también en el centro porque, a su juicio, la aspiración de Zaragoza es constituirse en un ciudad suprarregional, "cabecera del valle del Ebro". "Hay que agruparse y hacer cosas. El cambio es de tal calibre y va a semejante ritmo que si te quedas mirándote el ombligo te quedas fuera del mercado", insistió.


La directora de Grancasa se posicionó en la misma línea, incidiendo en la necesidad de converger en sinergias entre los distintos formatos comerciales. "Al final no es cuestión de definir los metros cuadrados por habitante, sino de qué queremos ser, qué servicio queremos dar y a quién queremos llegar. Cuanta más oferta, disponibilidad y servicio demos, más posibilidades tendremos de captar negocio, que es bueno para esta ciudad", defendió Susana Betrán.


La gerente de Aragonia explicó que la apuesta de su proyecto es precisamente ofertar mecosarcas singulares, distintas a las que hay en otros centros comerciales, para lograr diferenciarse. No obstante, reivindicó la aportación que supuso su apertura para los vecinos del distrito Universidad. "Antes no había ningún tipo de servicio y con nuestra apertura se activó la oferta comercial en la zona", aseguró.


Para el presidente de Ecos, la proliferación de centros comerciales en Zaragoza se planificó en medio de la expansión económica, lo que multiplicó la oferta en plena crisis, agravando la reducción del consumo que se ha sufrido en Aragón.


Pueyo señaló que existe un "ahorro del miedo" que complica aún más las ventas en el pequeño comercio, sin olvidar la escasa incidencia del consumo turístico en la Comunidad. Por ello, defendió la especialización como un factor competitivo en la actual coyuntura. "El sabor en el comercio lo dan los comerciantes independientes que no proceden de ninguna red franquiciada, pero el potencial económico las grandes cadenas. Es un problema de globalización y poderío económico", apostilló.


Con este escenario, el presidente de la comisión de Comercio Interior de la Cámara planteó la necesidad de salir fuera a vender la marca de Zaragoza como ciudad de compras, por lo que recomendó a todo el comercio que se una para instar al Gobierno de Aragón y al Ayuntamiento. "El problema es que Zaragoza está muy bien comunicada, tanto para llegar como para marcharte. Lo urgente es reunirnos con la Administración, que nos escuche, que opine y vertebre las ideas", concluyó.


Pueyo apostilló que a todos les interesa que acuda más gente a la ciudad y elija pequeño comercio o grandes superficies, pero sostuvo que también se debería hacer patria "y decirle al ciudadano que compre en su ciudad".