Detenido un vecino de Zaragoza en una operación contra la pornografía infantil

La Guardia Civil ha hecho 26 arrestos en España, incluido el de un entrenador que abusaba de menores.

La Guardia Civil ha detenido a 26 personas, al menos una de ellas en Zaragoza, como presuntas integrantes de una red de pornografía infantil que operaba en toda España y que distribuía el material por canales mucho más difíciles de rastrear, como cuentas de correo electrónico restringidas o ficheros de almacenamiento alojados en la nube.


Entre los arrestados –a los que hay que sumar otros 18 imputados–, figura un entrenador de fútbol de un equipo local infantil que se grabó abusando de menores en la provincia de Alicante. Según informó ayer la Dirección General de la Guardia Civil, el detenido ya se encuentra en prisión acusado no solo de distribuir pornografía infantil sino también de cometer los abusos que filmaba.


Hasta el momento, señalan las mismas fuentes, se ha logrado identificar al menos a cuatro víctimas, aunque los investigadores continúan analizando el abundante material incautado en los 47 registros domiciliarios en un total de 24 provincias.


Una de las ciudades donde la Guardia Civil ha practicado registros domiciliarios es Zaragoza. Pero también se han llevado a cabo en Alicante, Almería, Barcelona, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca, Huesca, La Coruña, Las Palmas, Lugo, Madrid, Málaga, Melilla, Murcia, Navarra, Palencia, Salamanca, San Sebastián, Santander, Sevilla, Tarragona, Valencia y Valladolid. Todos ellos, en el marco de la Operación Dustman, en la que la Benemérita ha contado con la colaboración de EE. UU.


La investigación se ha desarrollado en varias fases. Y, según explicó el comandante jefe del Grupo de Delitos Telemáticos (GDT) de la Unidad Central Operativa (UCO), Óscar de la Cruz, la "clave" de esta operación es que se ha logrado llegar a un "escalón" más sofisticado en la distribución de pornografía infantil.


De la Cruz indicó que las imágenes y vídeos más habituales y también "más viejos" se mueven en programas P2P de intercambio de archivos, un modelo sencillo de descarga pero donde se aloja el material de más bajo nivel para los pedófilos.


El siguiente canal de distribución es más restringido, aunque también de "mayor calidad". Aquí, las imágenes se canalizaban a través de círculos de "confianza" como cuentas de correo electrónico, perfiles de redes sociales, chats de Whatsapp o ficheros alojados en el mundo virtual de la "nube" con claves que solo tienen determinadas personas.


El jefe del grupo resaltó a Efe la importancia de esta operación, ya que no es fácil llegar a estas plataformas de distribución que figuran a medio camino entre canales más básicos como son el intercambio a través de P2P y la denominada internet profunda.