Hoy cumple 22 años, pero su madurez sorprende a propios y extraños. Tanto en la cancha como fuera de ella. La argentina Melisa Gretter es el faro que ilumina el juego del Mann Filter por segundo año consecutivo y se ha ganado el puesto de base titular a pulso. El fin de semana pasado, además, confirmó su progresión y se encumbró en el quinteto ideal de la Liga Femenina tras el partido contra el Campus Promete, en el que convirtió 15 puntos y repartió 4 asistencias par un total de 23 de valoración. "Con la confianza del cuerpo técnico y del resto de las jugadoras cualquiera puede hacer un buen partido, y el pasado domingo me tocó a mí", afirma humilde. La jugadora es el termómetro del Mann Filter:

cuando se siente cómoda en la pista, el juego de sus compañeras late al mismo ritmo. Como una de las líderes de vestuario que es, la argentina no obvia la nefasta dinámica del equipo, que le ha llevado a ocupar la antepenúltima posición de la Liga Femenina. La última victoria ante el conjunto logroñés, no obstante, hace ver brotes verdes.

"Estos meses no hemos estado jugando bien, no sé muy bien qué era lo que fallaba. Después de las Navidades hemos venido con muchas ganas de revertir esto y el partido del otro día nos sirvió para sacarnos esas ganas de volver a la victoria. El equipo está trabajando muy duro", analiza. La base de Rafaela –una ciudad de poco más de 100.000 habitantes situada en la provincia de Santa Fe– ve en la llegada de Víctor Lapeña uno de los posibles puntos de inflexión para cambiar de sentido la racha del club. "Nos viene muy bien, nos motiva mucho. Con su llegada estamos trabajando duro, es un entrenador al que le gusta mejorar a cada jugadora. Estamos muy contentas", sentencia.

Lapeña es el tercer técnico que trata con la jugadora argentina. Primero fue Álex Cebrián quien depositó su confianza en verano de 2013. Gretter, que militaba en el Unión Florida de Buenos Aires, buscaba dar un brinco de calidad a su carrera y se le presentó la oportunidad perfecta en el Mann Filter.

Su compatriota y amiga Gisela Vega, que estuvo en el club zaragozano en la temporada 2012/2013, le empujó a dar este salto. Se despidió de su familia en el país sudamericano y cruzó el charco con el único contacto de la pívot. Dos años después, confiesa sentirse plenamente integrada en la ciudad del Ebro. "Estoy muy a gusto con las jugadoras, el grupo, la gente... este año me ha tocado venir sola, pero la temporada pasada Gisela me dejó el camino marcado. Ahora estoy contenta al máximo aquí", comenta Gretter.

La ‘9’ del equipo del Stadium, no obstante, no pierde la pista a sus raíces. Ni mucho menos. Al otro lado del Atlántico es una de las referencias de la selección argentina absoluta desde los 18 años.

Aunque allí el baloncesto "no sea profesional", la base también es el timón que maneja la escuadra albiceleste. Gretter fue la responsable, en gran parte, de que su equipo vaya a disputar este verano el Preolímpico: sobresalió en el Torneo Sudamericano del pasado año y clasificó a Argentina para el Campeonato FIBA Américas que puede dar acceso a Río 2016. En la final con Brasil –que acabaría perdiendo– anotó 16 puntos, capturó 9 rebotes y dio 5 asistencias. Cada verano acude como un clavo a la llamada de turno de su país. "Me toca un papel importante, aunque para mí no es un peso, para nada", señala la jugadora. También viaja puntualmente a disputar torneos con su anterior club, el Unión Florida, siempre y cuando las fechas sean compatibles con la actividad del club aragonés.

Ya quedan lejos los días en los que Gretter comenzó a dar los primeros pasos baloncestísticos en su Rafaela natal. Lo hizo con ocho años, en un equipo de barrio, jugando con chicos. Nunca perdió de vista su sueño y ahora, catorce inviernos después, pide como deseo de cumpleaños "llegar bastante lejos". Para su equipo, no obstante, las metas deben ser más a corto plazo. Mañana mismo el líder de la Liga Femenina, el Girona, pone a prueba la reacción del Mann Filter.