La historia escrita de 640 años del monasterio de Piedra

Un libro de Herbert González Zymla, profesor de Historia del Arte Medieval en la Universidad Complutense, recoge los documentos que se conservan del archivo de este conjunto monumental desde 1195 a 1835 e incluye la transcripción y resumen de un códice del siglo XVII.

A lo largo de 640 años de historia, desde su fundación en 1195 hasta la desamortización de 1835, el Real Monasterio Cisterciense de Santa María de Piedra atesoró un importante fondo bibliográfico de manuscritos, impresos y documentos". Este singular legado es "clave" para conocer la historia de este destacado conjunto, que "atesoró uno de los más importantes archivos de la Corona de Aragón".


Herbert González Zymla, autor del libro ‘El monasterio de Piedra: fuentes y documentos’, editado por la Real Academia de la Historia y la Institución Fernando el Católico, ha investigado los aspectos históricos y artísticos de este monumento aragonés del que, al contrario de lo que ocurrió con muchos otros lugares, se conservan gran parte de sus testimonios escritos, que ayudan a comprender mejor su pasado. La publicación, que aporta una útil herramienta de trabajo para los investigadores, transcribe todos los documentos de trabajo del primer tomo del ‘Lumen Domus Petrae’ (‘Luz de la casa de Piedra’), con un estudio preliminar del archivo y biblioteca que hubo en este monasterio, fundado por el rey de Aragón Alfonso II en 1195 y definitivamente desamortizado en 1835.


González Zymla, profesor de Arte Medieval de la Universidad Complutense de Madrid, recuerda que tanto el códice, como otros textos, "fueron salvados por Pascual de Gayangos y Arce, en nombre de la Real Academia de la Historia, y remitidos a Madrid en 1851", y se guardan actualmente en el Archivo Histórico Nacional. El libro, junto al que ya se publicó del altar relicario y a otro que está preparando sobre su historia y producción artística, formará parte de una trilogía.


Los pergaminos procedentes del monasterio de Piedra ascienden a 1.577, fechados entre 1102 y 1767. Los más importante son la carta fundacional dada por Alfonso II en 1195, la confirmación de privilegios de Jaime I de 1224 y numerosas donaciones y vínculos económicos de propiedad de tierras. Hay otros relevantes otorgados por Pedro IV en 1371, Juan I en 1389 y Martín I en 1400. Los Reyes Católicos ratificaron los privilegios dados por sus antepasados en 1481 y ampliaron la protección sobre Piedra, especialmente Fernando el Católico, en 1508. "Estamos –afirma– ante una de las más extraordinarias colecciones diplomáticas de nuestro país y una de las más completas, puesto que cuando se cotejan los documentos en relación con el registro que se hizo en el siglo XVII, se demuestra que el archivo ha sobrevivido, casi completo, hasta nuestros días, y ello permite un estudio riguroso".


La colección de documentos en papel es también muy rica. En el Archivo Histórico Nacional se conservan 45 legajos, con documentación que abarca desde 1400 hasta 1835. "Contiene sentencias y copias de los pleitos que sostuvo el monasterio con sus vecinos para hacer valer sus derechos e imponer su voluntad".

Ordenación del archivo en el XVII

Los frailes resumieron el contenido de todos y cada uno de los documentos que consideraron importantes o útiles para la historia y la defensa legal del monasterio en el ‘Lumen Domus Petrae’. A veces, incluso, los transcribieron y tradujeron. Ante todo, debía ser un documento de la máxima claridad, utilidad y concisión, que permitiera encontrar la información rápidamente y era, en realidad, un instrumento para la defensa de los intereses del monasterio y para el estudio de su pasado.


"Se llamó también Libro Cabreo o Tumbo, y es un registro de todos los documentos que había en el archivo hasta aquel momento", pone de manifiesto el autor de la publicación. Su contenido se completa con un segundo códice, con el mismo título, pero menos relevante, aún en proceso de estudio. Ambos manuscritos contienen un registro universal de todas las escrituras y documentos que había en el archivo del monasterio de Piedra cuando se compuso en el siglo XVII, con adiciones de los documentos posteriores a la redacción: es decir, se dejaron hojas en blanco para añadir en ellas textos nuevos que se firmasen, y en ellas se añadió información documental de los siglos XVIII y XIX. El códice lo mandó componer el LXXIII abad de Piedra, Pedro Bayle, que gobernó el cenobio entre los años 1680 y 1684, y parece ser que cursó la orden de su composición en 1683, en una época en la que los frailes eran incapaces o tenían mucha dificultad para leer los documentos antiguos. Según se revela en una de las páginas del códice, el padre Malaquías de Pasamonte fue autor de uno de los libros cabreo del monasterio de Piedra, si bien los restantes manuscritos, que se conservan en el Archivo Histórico Nacional, son de autor desconocido, dentro del habitual anonimato que rodea los trabajos intelectuales de la orden cisterciense.


"Es –dice– un documento muy interesante porque indica cómo estaba el archivo antes de la Guerra de Sucesión (1701-1713), de la de la Independencia (1808-1814), de la desamortización del Trienio Liberal (1820-1823) y de la definitiva desamortización de Mendizábal (1835)". "Lo relevante es que toda la información que contiene se puede poner en relación con los manuscritos que existen, y así comprobar qué es lo que, efectivamente, ha llegado a nuestros días".


El autor, que es académico correspondiente por Ávila en la Real Academia de la Historia y también profesor en la Universidad Politécnica de Madrid, asegura que "es un instrumento de trabajo para quien quiera trabajar sobre Aragón". "Se sabe que muchos monasterios tenían este tipo de códices, que existen en parroquias, colegiatas y catedrales, pero no siempre se han conservado".


Gracias a este códice, cuya paginación llega a 835 folios en 1.665 páginas, se conoce que el archivo del monasterio de Piedra estaba guardado en un armario con cajones con letras de la A a la V.