Pozuelo se reencuentra con su patrimonio en una jornada de emociones enfrentadas

El cuadro de San Antón y la tabla del reloj gótico, ya restaurados, se presentaron ayer en la iglesia de la localidad zaragozana.

Muchos vecinos acudieron a la presentación del cuadro de San Antón y de la tabla del reloj gótico, ayer, en la iglesia de Pozuelo
Pozuelo se reencuentra con su patrimonio en una jornada de emociones enfrentadas
Asier Alcorta

La de ayer fue una jornada de emociones encontradas en la pequeña localidad zaragozana de Pozuelo de Aragón. El cuadro de San Antón, ya restaurado, regresó a la iglesia y se presentó a los vecinos junto a la singular tabla del reloj gótico, que sirvió de soporte al lienzo durante casi cinco siglos y cuya existencia se desconocía. Un acto esperado que, sin embargo, se vio empañado por la noticia de la repentina muerte, pocas horas antes, de Victoriano Miranda Gómez, director de la escuela-taller Juan Arnaldín II de la Diputación de Zaragoza, centro que ha ejecutado los trabajos de recuperación de ambas piezas.


Los vecinos de Pozuelo se reencontraron por la mañana con el cuadro de San Antonio Abad (o San Antón), que se llevó en mayo de 2011 a la escuela-taller para su restauración, cuando aún se ignoraba la sorpresa que escondía y que iba a salir a la luz durante el proceso. La tabla del reloj, que en su origen estaba en el monasterio de Veruela y que había permanecido siglos oculta bajo la pintura, se trasladó ayer desde Zaragoza solo para la presentación y, al terminar esta, se embaló de nuevo y regresó a las instalaciones del centro, situado en el edificio de la antigua Maternidad. Fue un día especial, porque el lienzo volvía a su lugar de origen, en vísperas de la festividad de San Antón, que se celebra hoy, y se colocó ya en la capilla del Rosario.


Tal y como reconoció el presidente de la Diputación de Zaragoza, Luis María Beamonte, "al principio recibí el descubrimiento de la tabla del reloj gótico con escepticismo" pero "distintas personas, entre profesores universitarios e historiadores, han coincidido en su valor real". Ha atraído, incluso, la atención de estudiosos de otros países. Se trata "de uno de los ejemplos más antiguos que hay en Europa". Tal es su relevancia, que formará parte de la exposición que ultima el Gobierno de Aragón sobre Fernando el Católico y después se exhibirá en el monasterio de Veruela, en un centro de interpretación que se creará en torno al tiempo, antes de que regrese, definitivamente, a la iglesia de la Asunción de Pozuelo.


Compleja recuperación


Eusebio Hernández, obispo de la diócesis de Tarazona, propietaria de los bienes, manifestó también su satisfacción por la recuperación de ambas obras. Esta tabla podría haber formado parte del reloj que se situaba en el crucero de la iglesia del monasterio de Veruela y marcó el ritmo de vida de sus habitantes antes de la construcción de la torre de San Miguel, en 1550. "Es –dijo– una pieza de muchísimo valor que podría ser única".


Ana Marín, responsable del módulo de arte mueble de la escuela-taller Juan Arnaldín, explicó, visiblemente emocionada, los detalles de esta restauración que calificó como "una historia preciosa, complicada, compleja y delicada".


Ante el cuadro de San Antón y la tabla con la esfera del reloj instalados junto al altar del templo y los numerosos vecinos que no quisieron perderse este acontecimiento, resumió los pasos que se han dado en torno a esta intervención. El cuadro de San Antón, de 1563, colgaba de la capilla del Rosario, tras haber permanecido anteriormente en la ermita de Santa Ana. La obra tenía, desde hace años, una pequeña rotura por la que asomaba una carita redonda, que evidenciaba que bajo la capa pictórica había otra pintura. Tras someterlo a rayos X y recomponer las imágenes, se decidió arrancar el lienzo. Después hubo que recomponer el puzzle con los 89 fragmentos en los que quedó dividido, "con materiales innovadores" y la última tecnología en restauración.


El párroco, José María Sánchez Becerril, trasladó el sentir de la población: "La gente está muy contenta y sorprendida, porque no esperábamos que fuera lo que es". Los alumnos del colegio de Santa Ana, acompañados por sus maestras Eva Ruiz y Estíbaliz Muñoz, se acercaron para contemplar el reloj, cuyos detalles artísticos e históricos han estado trabajando en el aula y ayer pudieron repasar en directo.


Entre los vecinos que acudieron a la presentación estaban Beatriz Larrosa, de 38 años, que señaló que "nunca pensamos que había algo tan valioso debajo del cuadro" o Agustín Heredia, de 79, que dijo que "es precioso". De la misma opinión se mostraron José Espligares, Carmelo Martínez o Martín Heredia, quienes coincidieron en que "no nos podíamos imaginar que pudiera quedar tan bien".

"Era su sueño"


El diputado de Bienestar Social, Máximo Ariza, reconoció la figura personal y profesional de Victoriano Miranda. Al trascender su fallecimiento poco antes del acto oficial, desde la Diputación de Zaragozase plantearon suspender la convocatoria, pero "esta presentación era su sueño, porque era la culminación de dos años de trabajo", así que "entendemos que él estaría feliz y muy satisfecho". Tanto el presidente de la Diputación como el obispo tuvieron palabras de recuerdo.


Miranda, de 48 años, casado y con dos hijos, era natural de Logroño, aunque residía hace tiempo en Zaragoza. Dirigía la escuela-taller desde 2012 y, entre sus aficiones, se encontraba la vela.