La Facultad de Educación está de enhorabuena porque acaba de conseguir que todos sus alumnos estudien por fin en el nuevo edificio del campus San Francisco. Desde que se reanudaron las clases tras la Navidad, los alrededor de 300 estudiantes que quedaban en el centro de San Juan Bosco –todos ellos del máster de profesorado en ESO y bachillerato– pasaron a las nuevas instalaciones, en las que ya se encuentran los aproximadamente 2.100 estudiantes que tiene esta Facultad. Además, según el decano, Enrique García Pascual, el pequeño grupo de 60 estudiantes que este primer cuatrimestre estuvo trabajando en el Colegio Mayor Pedro Cerbuna también pasará al nuevo centro tras el actual periodo de exámenes si no hay ningún imprevisto.

Educación es quizá el centro que mejor ejemplifica las limitaciones económicas que está sufriendo la Universidad en los últimos años, ya que la construcción del nuevo edificio tuvo que suspenderse en 2012 por falta de dinero cuando la obra ya estaba a punto de acabarse. Además, una vez se consiguió la financiación extra para finalizar los trabajos, la Universidad se encontró en la difícil situación de tener una infraestructura nueva que no se iba a poder usar porque no había presupuesto para equiparla. Finalmente, la DGA aportó 90.000 euros (el 10%de lo que se necesitaba para poner el edificio a pleno rendimiento) y el campus ha ido buscando mobiliario sobrante en otros centros y en su almacén. Las mesas, sillas y otros elementos que se han podido reutilizar se han ido llevando poco a poco hasta esta Facultad y ahora, por fin, hay el mobiliario suficiente para que todos los alumnos estén en el nuevo edificio.

Sin embargo, la alegría no es completa porque algunos de los equipamientos del centro de San Francisco aún no se han podido abrir por falta de dinero. Cabe destacar dos. El primero, la biblioteca, cuya inauguración sigue pospuesta sine díe y mientras tanto se mantendrá en San Juan Bosco. Y el segundo, los laboratorios, donde los estudiantes reciben clases didácticas sobre ciencias experimentales, que más tarde enseñarán a sus alumnos cuando sean docentes. En este caso tampoco hay dinero para comprar el material necesario y los estudiantes seguirán recibiendo estas lecciones por ahora en San Juan Bosco.