Absuelven a los acusados por el cierre del gimnasio Dream

El juez considera que no intentaron estafar a los clientes. Los 150 que denunciaron a los dueños y al liquidador fueron indemnizados antes del juicio.

El Juzgado de lo Penal número 2 ha absuelto del delito de estafa continuada por el que les acusaba la Fiscalía a los tres socios propietarios de gimnasio Dream, Carlos H. A.,Sergio R. G. y Armando V. M., así como al último liquidador del negocio, Rubén S. A. Todos ellos fueron denunciados por 150 clientes de las instalaciones –ubicadas en la avenida de Cesáreo Alierta– porque la clausura de las mismas, hace justo ahora tres años, les cogió por sorpresa y no pudieron disfrutar de unos servicios por los que habían pagado con carácter previo.


La Fiscalía pidió dos años de prisión para cada uno de los acusados. Sin embargo, el abogado que representaba a los afectados, Javier Osés, decidió retirar la acusación, ya que con carácter previo al juicio los denunciados indemnizaron a los clientes con un total de 15.000 euros. Eso hizo que ninguna de las personas agrupadas en el colectivo de perjudicados se presentara a la vista oral. De hecho, tan solo lo hizo una clienta que actuaba de forma independiente y reclamaba 195 euros.

Desavenencias y mala gestión


Según el juez, fueron las desavenencias entre los tres socios denunciados y otro socio-administrador no acusado, la deficiente gestión del negocio, los excesivos gastos en comparación con los abonos cobrados a los clientes y la mala coyuntura económica general los que hicieron que el gimnasio entrara en crisis a partir de 2009-2010. Hasta el punto, recuerda en su sentencia, que en una junta celebrada en el verano de 2011 se decidió echar la persiana, lo que ocurrió en enero de 2012. Sin embargo, el magistrado no ha encontrado en la conducta de los acusados ningún ánimo delictivo, tal y como mantenían los letrados de la defensa José Luis Melguizo, Francisco Gracia Latorre y Rafael Merino Gavín. "No se ha acreditado en el juicio que la intención de los acusados fuera desde el principio quedarse con las cuotas abonadas por dichos clientes a sabiendas de que el negocio iba a cerrar próximamente", dice ahora el fallo.


El hecho de que los 150 afectados constituidos en plataforma no se presentaran a la vista no impidió a la Fiscalía mantener la acusación. Porque esta parte consideraba que, sabiendo que el negocio del gimnasio era inviable y que su cierre estaba próximo, los responsables del mismo siguieron cobrando cuotas a los clientes hasta solo unos días antes de la clausura. Decía también la acusación pública que los acusados dejaron de pagar los alquileres y la luz del gimnasio, decidieron desmantelarlo y cerrarlo para así quedarse ilegalmente con los abonos ya pagados. Hechos, estos últimos, que finalmente el juez no ha considerado probados y por los que ha absuelto a los cuatro.