El CAI ha encontrado el camino correcto, tal y como se desprende de sus actuaciones más recientes. Cada vez más cuajado y seguro de sus fuerzas, el equipo aragonés ha protagonizado un importante crecimiento con el discurrir de la competición, una vez que el nuevo técnico, Joaquín Ruiz Lorente, ha dispuesto de los entrenamientos suficientes para ajustar todas sus piezas. Una empresa ardua, que requerían tiempo y paciencia, y más aún cuando el club zaragozano, en el presente ejercicio, acometió hasta siete nuevas incorporaciones en su plantilla. Ahora, con unas responsabilidades muy bien definidas en cada jugador, el CAI ya se va acercando a su verdadera medida. Y su potencial resulta incuestionable en todas las posiciones de la pista.

El cuadro aragonés ha presentado notas ilusionantes a lo largo de la temporada, aunque también evidentes signos de debilidad. Ha sido ahora, en sus compromisos más recientes, cuando ha elevado su compromiso colectivo, ha acentuado sus virtudes atrás y ha sabido explotar sus numerosos argumentos ofensivos. Una notable mejoría que, además, se ha hecho especialmente visible en el pabellón Príncipe Felipe, donde el cuadro aragonés viene de superar con solvencia al Unicaja de Málaga, actual líder de la Liga Endesa, y también al Laboral Kutxa, otro representante español en el Last 16 de la Euroliga. Fueron dos partidos modélicos, por juego y actitud, que marcan la línea a seguir.

Hay un trazo definido, un plan reconocible y una plantilla solvente. Con esos argumentos, el CAI camina con paso firme hacia la Copa del Rey, una clasificación que podría sellar hoy mismo, de manera matemática, si alcanza la victoria ante el Herbalife Gran Canaria (12,15, Aragón TV). Sin embargo, la empresa conlleva una exigencia considerable. El cuadro de Aíto García Reneses, octavo clasificado, acude a la cita en su mejor momento de la temporada. Sigue lastrado por su indeciso inicio de competición; pero ha rectificado su trayectoria, tras haber ganado sus últimos tres compromisos de la Liga Endesa:doblegó al Fuenlabrada (88-77) y al Sevilla (71-70), al calor de sus propios aficionados, y se impuso también en su desplazamiento a Murcia (85-89). En la actualidad, el Herbalife ya se han situado en la zona de ‘play off’, y con una sola victoria de desventaja con respecto a los zaragozanos.

En la Eurocup, donde permanecen invictos tras la celebración de 11 jornadas, los grancanarios sí están ofreciendo su verdadera dimensión. El pasado miércoles destrozaron a domicilio al Dinamo Sassari italiano (76-91), tras un duelo que dejó engrandecida la figura de Walter Tavares. El pívot, de 2,20 metros de estatura, finalizó la contienda con 40 de valoración, fundamentados en sus 26 puntos y sus 12 rebotes. Al margen de sus prestaciones ofensivas, Tavares resulta capital en el sistema defensivo de los grancanarios. Es potente, enérgico, contundente, muy difícil de desbordar, y se aplica siempre con determinación y constancia.

En cualquier caso, el Herbalife posee muchos más recursos en su plantilla. Con un presupuesto muy superior al CAI Zaragoza, ha conseguido mantener la estructura de la pasada campaña, con artistas cotizados como Tomás Bellas, Albert Oliver, Eulis Báez y Brad Newley. Además, ha reforzado su juego exterior con las contrataciones de Kyle Kuric, Oriol Paulí y Txemi Urtasun –hoy duda, por un proceso febril–; mientras que Levon Kendall y Dajuan Summers han apuntalado la pintura. Todo ello, bajo la dirección técnica de Aíto García Reneses, el entrenador en activo más influyente del baloncesto español. El resultado es un bloque imponente, sólido, aguerrido y competitivo que, salvo fracaso mayúsculo, estará presente el próximo mes de mayo en las eliminatorias por el título liguero. Un propósito que también persigue el CAI. Sin embargo, el reto más cercano atiende a la Copa del Rey; y para el cuadro aragonés, la clasificación se halla a escasos centímetros de distancia: a una sola victoria.