La niebla obliga de nuevo a desviar cuatro vuelos a Barcelona

AENA comienza las obras de instalación del sistema electrónico que permitirá aterrizar con nula visibilidad. La demora impedirá que esté en servicio hasta principios de 2016.

La espesa niebla que reinaba ayer en el aeropuerto redujo la visibilidad.
La niebla obliga de nuevo a desviar cuatro vuelos a Barcelona
Javier Calvo

Los usuarios del aeropuerto de Zaragoza volvieron a sufrir ayer por tercer día en lo que llevamos de invierno nuevos desvíos de vuelos como consecuencia de la niebla. Las espesas nubes que se instalaron por la mañana en el entorno de Garapinillos impidieron aterrizar a los dos aviones que cubrían las rutas regulares de Milán y Bruselas, que fueron desviados de nuevo al aeropuerto de El Prat (Barcelona). Esto impidió recoger a los viajeros que esperaban en la terminal zaragozana para hacer el trayecto inverso, que fueron trasladados hasta Barcelona en autobús.


Cientos de pasajeros se vieron afectados por los desvíos, de los que sí pudieron librarse los de la ruta regular con la ciudad rumana de Cluj Napoca. Como la operativa estaba prevista unas horas después, el cielo estaba despejado para entonces.


La incidencia de la niebla también obligó a demorar unas horas la llegada de uno de los vuelos de mercancías, el del Boeing 747 Jumbo de la aerolínea Korean Air, que había hecho escala en Viena en su ruta transoceánica desde Seúl, según manifestaron fuentes del aeropuerto.


La primera incidencia se registró el pasado 22 de diciembre y afectó a tres vuelos de Milán y París, aunque el pasado lunes se vieron afectados ocho.


Los viajeros se tendrán que armar de paciencia, ya que ni en esta temporada de invierno ni en la siguiente, la del 2015-2016, estará operativo el reclamado sistema de aterrizaje instrumental, del que ya existe el nivel básico y del que ahora se instalará el avanzado (ILS II/III).


Tras una sucesión de demoras en la tramitación, el ente público adjudicó las obras el pasado verano, aunque las empresas adjudicatarias no pudieron comenzar entonces porque el Ministerio de Defensa requirió una serie de cambios en el proyecto. Su visto bueno oficial se demoró unas semanas, aunque la asistencia técnica para la dirección de obras, adjudicada a la ingeniería madrileña GOC, se puso ya a trabajar.


La intervención ha comenzado en la zona militar, donde Defensa demandó trasladar las instalaciones electrónicas por motivos de seguridad. Además, se balizará la pista más próxima al aeropuerto civil y las calles de rodadura con cientos de luces, la mayoría empotradas en el asfalto, para guiar a los pilotos en condiciones de nula visibilidad.


Las adjudicatarias ofertaron exactamente el mismo plazo fijado en la licitación por AENA, un año y tres meses, para montar los equipos, por lo que los trabajos no acabarán antes del mes de febrero de 2016, salvo que Etralux y MLN corran y recorten lo estipulado.