Ortega Cano logra el primer permiso tras 8 meses de prisión y espera el tercer grado

La juez le ha concedido seis días para pasarlos con su familia, pero el torero confía en que Instituciones Penitenciarias le otorgue pronto el beneficio de acudir a la cárcel solo a dormir

Ortega Cano logra el primer permiso tras 8 meses de prisión y espera el tercer grado
Ortega Cano logra el primer permiso tras 8 meses de prisión y espera el tercer grado
Espejo Público

El torero José Ortega Cano abandonó ayer la cárcel de Zuera para disfrutar de su primer permiso. La titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 2 de Zaragoza le ha concedido seis días de libertad, por lo que el diestro no tendrá que regresar a su celda hasta el próximo domingo a mediodía. En cualquier caso, cumplidos ya ocho meses y doce días de condena –la Audiencia Provincial de Sevilla le impuso dos años y medio por un delito de homicidio imprudente y otro contra la seguridad vial–, lo que Ortega Cano espera ahora es que la Secretaría de Instituciones Penitenciarias le otorgue pronto el tercer grado, lo que le permitiría acudir a la cárcel solo a dormir.


El torero salió del centro penitenciario zaragozano pasadas las once de la mañana. Le aguardaban fuera su mujer, Ana María Aldón, y su hijo, con el que podrá disfrutar del día de Reyes. Aunque Ortega Cano tiene ahora fijada su residencia en la capital aragonesa, la juez le ha autorizado a poder desplazarse por el territorio nacional (en ningún caso podrá salir de España). Por ello, aunque el diestro no adelantó dónde pasará los próximos días, todo apunta a que aprovechará el permiso penitenciario para acudir a visitar a familiares y amigos en Andalucía.


El abogado de José Ortega Cano, el penalista zaragozano Enrique Trebolle, solicitó a comienzos del pasado verano que se suspendiera la pena al matador por motivos de salud, ya que tiene diagnosticado un problema cardíaco. Sin embargo, la titular del Juzgado de lo Penal número 6 de Sevilla denegó la petición argumentando que el interno «no está aquejado de una enfermedad grave con padecimientos incurables». La magistrada aseguraba también que el torero «se encuentra en prisión perfectamente medicado con los fármacos necesarios para la prevención de dicho riesgo», así como que «existe la posibilidad de una rápida asistencia sanitaria si esta fuera precisa».


Hasta ahora, Ortega Cano solo había salido en una ocasión del centro penitenciario de Zuera y fue para ser hospitalizado en el Miguel Servet, donde pasó diez días a comienzos del pasado mes de noviembre para ser tratado de una neumonía. Anteriormente, el diestro había sido trasladado a este mismo centro hospitalario en distintas ocasiones para someterse a diferentes pruebas médicas, dadas sus dolencias coronarias, pero nunca había sido necesario proceder a su ingreso.


¿Puede obtener el tercer grado?


Así como este permiso penitenciario lo ha concedido la juez –a propuesta de la junta de tratamiento de la prisión y con un informe favorable de la Fiscalía–, el beneficio del tercer grado lo otorga la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. En los casos en los que el interno ha sido condenado a más de cinco años de prisión, se hace necesario que este haya cumplido más de la mitad de la pena para poder optar a este permiso. Pero no es el caso de José Ortega Cano, que fue condenado a dos años y medio por el accidente de tráfico que costó la vida a Carlos Parra el 28 de mayo de 2011.


Por ello, será la junta de tratamiento del centro penitenciario la que, de oficio, valore si es o no oportuno proponer al torero para el tercer grado, beneficio que le permitiría pasar el día fuera de la cárcel de Zuera y regresar a esta solo para pernoctar. A la espera de esta gracia, el matador podrá seguir solicitando permisos ordinarios (puede pedir hasta seis al año).


El diestro de Cartagena ingresó en la prisión zaragozana el pasado 23 de abril para cumplir su condena de dos años y medio por causar en mayo del 2011 un accidente cuando conducía su todoterreno en las proximidades de su finca en Castilblanco de los Arroyos (Sevilla), con una la tasa de alcoholemia que triplicaba la autorizada en el Código Penal. En el siniestro falleció el conductor del vehículo con el que colisionó, Carlos Parra.