El 'ADN' de la estación de Formigal

La estación ha inaugurado en los pasillos de Sextas una exposición en la que se recuerda la historia del complejo que abrió sus puertas hace 50 años.

Una aficionada observa varios paneles en los que se narran los primeros años de historia
El 'ADN' de la estación de Formigal
Aramón

Formigal abrió sus puertas la temporada de 1964-1965, medio siglo en el que la estación ha ido creciendo y ampliando sus dominios hasta llegar a la frontera. A su vera surgió también el Formigal Ski Club y la Escuela de Esquí. Estos son algunos de los datos que se recogen en los paneles instalados en el hall del edificio situado en la zona de Sextas, una exhibición que se mantendrá toda la temporada para que los esquiadores conozcan a fondo la historia de las pistas en las que tanto disfrutan deslizándose sobre sus esquís.


Fue el sueño de un grupo de emprendedores el que hizo realidad las pistas de esquí de Formigal. Sus fundadores son parte fundamental de esta exposición. "Nos han prestado fotos y también otros vecinos", asegura Antonio Gericó, director de Formigal, quien añadió cómo fue el propio Ayuntamiento de Sallent de Gállego el que hizo un llamamiento a todos los habitantes del valle para colaborar. Con todas esas imágenes y detalles recogidos, además de algunos recortes de prensa de la época, se ha confeccionado "el ADN de estos 50 años de vida de la estación", define Gericó. No todo el archivo que se ha formado está expuesto, todos los objetos no han llegado hasta los pasillos de Sextas, pero se han quedado en el archivo para no perder detalle "de la historia cultural de la estación" tan ligada a los vecinos. Y es que no en vano, las pistas de esquí son el gran motor de desarrollo del valle tensino.


La exposición se divide en varios paneles. En ellos, describe el director del complejo, se narra por décadas cómo ha ido cambiando la estación, desde esos primeros remontes del Furco y Tres Hombres hasta la gran ampliación de las pistas de esquí que llegó con el nuevo siglo, unas obras que la pusieron a la vanguardia del deporte blanco. Y es que el telesilla de Sallent, un remonte de ocho plazas desembragable y que es el principal acceso a las pistas, es único en el país. Con él se sustituyó la antigua telecabina, más conocida como ‘el huevo’ que partía de la base de la estación y que ha servido para diseñar el logotipo con el que se presentan todos los actos de este 50 aniversario del gran centro invernal del valle de Tena. Ellos copan algunas imágenes, pero las hay de muchos otros retazos de vida que han hecho posible esta estación.


"Hay documentos gráficos, escrituras de la fundación, competiciones, el esquí club, la escuela de esquí, máquinas pisapistas...", comenta Gericó. Sin duda, este último aspecto es uno de los que más ha cautivado al público en los primeros días de exhibición, que se abrió el día 2 de enero. "Llaman mucho la atención –informa el director– las máquinas con rulos que se utilizaban para pisar la nieve". Quienes la visiten también podrán encontrar a aquellos profesores que fueron los primeros en inculcar el esquí en el valle, a quienes consiguieron subirse a un podio o a algunos vecinos que aportaron su granito de arena para que Formigal fuera una realidad.