Lambán avisa de que “no habrá coalición con el PP”, ni tampoco “frente popular contra nadie”
El líder del PSOE ve una estrategia entre el PP y Podemos para "debilitar" a su partido y dice que dirigirá la DGA o será oposición.
"No habrá gran coalición con el PP, pero tampoco frentes populares contra nadie", quiso dejar claro en su primera intervención ante la prensa en un año que consideró "decisivo" para el futuro de Aragón y de España. Según se comprometió, el PSOE "o dirigirá el Gobierno autonómico o estará en la oposición". "No vamos a gobernar al precio de desnaturalizar nuestro proyecto político", insistió al ser preguntado sobre posibles pactos postelectorales con la formación que dirige Pablo Iglesias.
Antes de hablar de posibles alianzas, a los miembros de Podemos les instó a aclarar "quiénes son" y "qué piensan hacer para resolver los problemas de Aragón", y a que se pronuncien sobre "si quieren que en la Comunidad haya un cambio, que solo puede liderar el PSOE, o que siga gobernando la derecha".
Para convencer al electorado de que el PSOE es el "cambio seguro, sin rupturismos ni aventuras drásticas", de aquí a las elecciones de mayo el partido irá desgranando, según anunció Lambán, una serie de medidas sociales, económicas y políticas con el objetivo de "recuperar cotas de igualdad entre los aragoneses". Y es que, en su opinión, es la desigualdad, que tildó de "elemento más corrosivo de la democracia", el problema más importante de la sociedad aragonesa. Una lacra "inaceptable desde el punto de vista moral" e incluso "ineficiente" desde el punto de vista de la economía.
Lambán defendió que, pese al "mantra" que repite el PP de que hemos salido de la crisis y de que la recuperación es un hecho incontestable, ahora "hay más desigualdad, más exclusión social y más deuda". Y lamentó que "los sacrificios de la mayoría apenas han servido para nada". Según dijo, la puerta de salida de la crisis del PP es "demasiado estrecha" y subrayó que los socialistas preconizan una "mucho más amplia" en la que quepan todos los aragoneses.
Para lograrlo, señaló, habrán de cumplirse tres requisitos. El primero, enumeró, que el PSOE tenga la responsabilidad de encabezar el futuro gobierno de Aragón tras las elecciones autonómicas. Un hecho del que se mostró "absolutamente convencido" de que así será. Segundo: que la próxima legislatura sea un tiempo "de grandes pactos sociales y políticos". Y por último, que a partir de este año la sociedad civil aragonesa adquiera un "protagonismo primordial".
Además del mantra de la recuperación, el socialista advirtió que la "trompetería del PP" hará un "ruido ensordecedor" hasta final de legislatura con otros dos temas: la regeneración democrática y la crítica constante a Podemos. Sobre el primero, insistió en que la presidenta Luisa Fernanda Rudi está "deslegitimada" para liderar el debate al cobrar un sobresueldo del partido, "lo que lejos de regenerar, degenera", y dijo que el presidente Mariano Rajoy debería dimitir para "afrontar su propia regeneración".
En cuanto a la carga "permanente" contra la formación de Iglesias, vio una estrategia para "alentar el fantasma del radicalismo" al tiempo que sugieren de forma "sibilina" la posibilidad de una gran coalición entre PP y PSOE. "Tratan de debilitarnos como alternativa", concluyó, en "complicidad" con Podemos, lo que recuerda "a viejas pinzas".
