Compitiendo con los mejores en el mercado global

¿Cómo está Aragón en innovación?: en contra del relativo pesimismo que a veces sufrimos los aragoneses cuando tratamos con lo propio, no estamos mal en innovación.

Compitiendo con los mejores en el mercado global
Compitiendo con los mejores en el mercado global

Cuando en Aragón Exterior (Arex) salimos con nuestros empresarios a buscar nuevos mercados, y cuando nosotros mismos vamos fuera a vender nuestra región como destino de inversión, muchas cuestiones clave a las que nos enfrentamos tienen que ver con la innovación. Ahí fuera, las empresas aragonesas y los territorios se enfrentan a los mejores del mundo. Y los mejores del mundo no suelen apostar por vender barato (sí, son eficientes y reducen costes, pero esa no es su principal baza), sino por innovar. Innovar en procesos, en productos, en tecnologías, en diseño... Los que no lo hacen se tienen que conformar con vender barato. No es casualidad que los primeros puestos de la clasificación mundial de competitividad del World Economic Forum no sean países baratos precisamente (entre los primeros diez no están China ni India) sino países tan ricos y caros como Suiza, Singapur, EE. UU., Finlandia o Alemania. Estos países, sus empresas y sus trabajadores son más competitivos, tienen más renta y viven mejor gracias, entre otras cosas, a que innovan. Así que, ¿cómo estamos en Aragón en innovación?


En el trabajo que desarrollamos para atraer inversión extranjera hemos hecho acopio de unos cuantos ejemplos de éxito aragoneses en innovación que utilizamos en nuestras presentaciones para demostrar a los potenciales inversores que en Aragón hay capacidad de innovación: la entidad número uno en patentes en España (incluso por encima del CSIC) es la multinacional BSH, que centraliza en Zaragoza la innovación mundial de algunas de sus divisiones, gracias a su colaboración con la Universidad de Zaragoza y Itainnova; pequeñas empresas aragonesas como Libelium son capaces de ganar el Premio Nacional de Joven Empresario con sus redes sensoriales inalámbricas; uno de cada cuatro servofrenos del mundo ha sido desarrollado por Itainnova; la Universidad de Zaragoza está entre las primeras 100 del mundo en Química, entre las primeras 200 en Informática y de las primeras 500 en general, según la clasificación de Shanghái. La Universidad de Zaragoza también es la cuarta española en Ingeniería y la tercera en Automática, Robótica o Tecnologías de los Alimentos. Aragón ha conseguido copresidir las comisiones de Transporte y de Agua de la Asociación Europea de Innovación Regional…


Por otro lado, el trabajo que realizamos en el campo de la innovación para las empresas e instituciones aragonesas se centra en dos ámbitos: apoyar la participación en proyectos europeos y ayudar al desarrollo de las empresas innovadoras. En el primer ámbito, lo hacemos a través de nuestra relación con las empresas, los clústeres y los centros tecnológicos aragoneses, y de la presencia y red de contactos de nuestra delegación en Bruselas. En el segundo, una de las prioridades de las empresas innovadoras es crecer rápido para aprovechar su ventaja competitiva antes de que su innovación pierda valor. Sobre este aspecto, les ayudamos a buscar clientes, como en los recientes proyectos del clúster Tecnara (sector TIC) en Colombia o del clúster Zinnae (sector del agua) en Perú; o les ayudamos a implantarse rápidamente en otros países, o a desarrollar su departamento internacional.


Las empresas que vemos triunfar coinciden con los sectores donde hay casos exitosos en nuestros centros tecnológicos, aunque no siempre colaboren con ellos: productos con un alto contenido de ingeniería, infraestructuras y medio ambiente, construcción, alimentación y bebidas, tecnologías de la información… Por otro lado, observamos cómo las empresas más pequeñas tienen más difícil, por simples economías de escala, mantener el esfuerzo inversor a largo plazo, necesario tanto para internacionalizarse como para innovar.


Respondiendo a la pregunta del principio, ¿cómo está Aragón en innovación?: en contra del relativo pesimismo que a veces sufrimos los aragoneses cuando tratamos con lo propio, no estamos mal en innovación. Es verdad que aún tenemos mucho que hacer para aproximarnos a los mejores: hay que acercar más a los investigadores a las necesidades de la sociedad y de la empresa, hay que mejorar la educación, y hay que lograr que muchas más empresas tengan la escala suficiente para poder invertir en innovación y en internacionalización. Pero, por otro lado, hay unos cuantos casos de éxito de los que podemos estar orgullosos y que deben servirnos de acicate y de ejemplo para seguir adelante en nuestra aspiración para acercarnos a los mejores del mundo.