Hallan el cadáver de una barbastrense de 77 años que llevaba seis días desaparecida

El cuerpo de la mujer, que sufría alzhéimer, fue localizado en un viñedo a 9 kilómetros de su casa. A la espera de la autopsia, se cree que pudo morir por agotamiento y deshidratación.

Esmeralda Colay Salas, la vecina de Barbastro de 77 años de edad y enferma de alzhéimer que se encontraba desaparecida desde la tarde del pasado sábado 27 de diciembre, fue hallada ayer sin vida en una viña a las afueras de la capital del Somontano, en el barranco del Ariño. Un sobrino localizó su cadáver sobre las 16.00 cuando realizaba una nueva inspección en los alrededores del camino de La Boquera, la zona en la que se habían centrado las tareas de búsqueda.


La anciana se encontraba en el suelo frente a una hilera de viñas, en una explotación próxima al cruce de Costean en la A-123 desde el barranco del Ariño, y a unos ocho kilómetros de distancia del instituto Martínez Vargas, donde se perdió su pista.


Fue en esa zona donde una vecina de Barbastro se cruzó con Esmeralda Colay en la tarde del sábado, según las investigaciones de la Guardia Civil. Desde entonces se rastrearon todos los senderos y zonas de matorrales a lo largo del camino de La Boquera sin obtener ningún resultado.


El citado camino desemboca en el barranco del Ariño, frente a la carretera comarcal que lleva a Costean, y es una zona habitual de paseo de los barbastrenses.


El cuerpo sin vida de la anciana se encontraba en una zona de nula visibilidad desde la carretera de La Boquera, lo que hacía muy difícil su localización.


Su sobrino volvió a recorrer ayer por enésima vez esta vía en coche prestando atención a cada zona de campo que tuviera un ligero acceso desde la calzada. Decidió penetrar por un camino que lleva a un viñedo ya prácticamente al final del camino de La Boquera y frente al cruce a Costean que atraviesa la carretera A– 123. Allí la encontró tirada en el suelo, al comienzo de una hilera de viñas.

Tenía el bolso y el collar


El hombre dio la voz de alerta a la Guardia Civil, que se personó en el acto para inspeccionar el cadáver. Los agentes de la Policía Judicial concluyeron que no había ningún signo de violencia. La mujer se encontraba en el suelo con todas sus pertenencias, su collar, su bolso y toda su ropa.


Hasta el lugar de los hechos acudió el forense y el juez para proceder al levantamiento del cadáver, que tuvo lugar a media tarde, y la funeraria Valle de Barbastro, que trasladó el cuerpo.


La autopsia deberá determinar con exactitud la causa de la muerte, aunque la hipótesis que baraja la Guardia Civil es que la mujer anduvo más de 9 kilómetros desde que dejó su hogar en la tarde del sábado para dar una vuelta y que pudo morir por agotamiento y deshidratación.

Varias noches muy frías


Los familiares creen que tal vez la anciana, aunque desorientada, pudo sobrevivir la primera noche de su desaparición, del 27 al 28 de diciembre, pero no más dado que a partir de entonces cayeron mucho las temperaturas en la ciudad.


En las labores de búsqueda, que se habían retomado por sexto día consecutivo a las 9.30, participaron cinco unidades de la Guardia Civil de los puestos de Huesca, Barbastro y Monzón, más una dotación del Seprona y la unidad de búsqueda con perros adiestrados procedentes de Miranda de Ebro. También participó la Policía Local, Protección Civil y varios voluntarios y amigos de la familia. A lo largo de estos días también habían participado miembros del club Montañeros de Aragón de Barbastro, de la asamblea local de Cruz Roja y de la Asociación Alzhéimer Somontano. En la jornada de Nochevieja incluso se llegó a contar con una unidad de buzos de la Guardia Civil, que estuvieron recorriendo el río Vero a lo largo de toda La Boquera.


La desaparición de Esmeralda Colay había generado un gran impacto social entre los barbastrenses desde que se conoció la noticia el domingo y, de hecho, muchos voluntarios habían rastreado esta semana los caminos de la periferia de la ciudad sin éxito.


Pese al trágico desenlace, los familiares aseguraron ayer sentirse por fin "tranquilos" por encontrar el cadáver y haber resuelto una búsqueda que les había causado una "gran angustia". El funeral de Esmeralda Colay, que era natural de Salas Bajas aunque residía con uno de sus hermanos en Barbastro, se celebrará mañana.