El nuevo vecino de Picasso

Toca la guitarra y el piano de oídas, compone marchas de Semana Santa y siempre que puede va a ver al Málaga. Así es Antonio Banderas sin cámaras

El nuevo vecino de Picasso
El nuevo vecino de Picasso

Antonio Banderas (Málaga, 1960) necesitaba unas buenas vacaciones navideñas. "Ha sido un año muy fuerte en lo profesional y en lo personal, pero la vida continúa". Y para seguir con energías renovadas se ha regalado una buena sobredosis malagueña de familia y amigos. El nuevo año viene pisando fuerte: estos días anda con la promoción de ‘Autómata’ y de ‘Bob Esponja. Un héroe fuera del agua’; el 7 de febrero recibirá el Goya de Honor (el más joven en conseguirlo) y muy poco después su ‘hija adoptiva’, Dakota Johnson, se estrena en la esperada ‘Cincuenta sombras de Grey’ –"se va a convertir en una superestrella", opina–.


Así que a mediados de diciembre hizo las maletas y se plantó en Málaga para "recargar pilas" junto a su madre Ana y su hermano Javier, al que llama ‘Chico’. Y también para pasar más tiempo tranquilo con su nueva novia, Nicole Kimpel, que no faltó en la mesa de los Domínguez Bandera en Nochebuena. En su ciudad el actor sigue siendo José (su nombre es José Antonio Domínguez Banderas), el hijo de un inspector de policía y una profesora. "José no ha cambiado aunque la gente se piense que sí por ser una estrella internacional", detalla uno de sus más cercanos. "Humilde" es la palabra que más repiten quienes le conocen. "He luchado rabiosamente por no perder mis señas de identidad", repite siempre Banderas, ‘dueño’ de una estrella en el paseo de la fama de Los Ángeles. "A veces creo estar viviendo un sueño del que en cualquier momento voy a despertar", insiste estos días en todas sus entrevistas.


Lo que queda


A sus 54 años se pellizca junto a la escultura de Picasso, en pleno centro de Málaga, para darse cuenta de que es verdad todo lo que le ha pasado desde que abandonó su tierra con 19 años. Y lo que le queda. Porque el malagueño podría dar vida próximamente a su paisano pintor en la gran pantalla. En su cajón de proyectos le hace especial ilusión una cinta de Carlos Saura sobre el proceso de creación del ‘Guernica’, que no termina de salir adelante por falta de financiación. Pero Banderas confía en la película tanto, que uno de sus días de vacaciones lo ha dedicado a profundizar más en Picasso, curiosamente su nuevo ‘vecino’. Porque la casa natal del artista se encuentra a unos cientos de metros del que será el nuevo hogar del actor en Málaga. Un espectacular ático con ascensor propio y unas vistas privilegiadas a la Alcazaba y al teatro Romano –donde comenzó a actuar– que está reformando a su gusto. "Voy a pasar más tiempo en Málaga, aunque seguiré viviendo a caballo entre España y Estados Unidos, sobre todo Nueva York, donde Stella irá a la universidad. Marbella está muy bien, pero yo quería también una casa en mi ciudad, que es donde me he criado y donde están mi familia y amigos".


La próxima Semana Santa ya podrá entrar a vivir en ella. Estos días ha visitado las obras de su ático, pero también ha paseado por la playa de Marbella –siempre con la cámara de fotos en la mano, uno de sus grandes ‘hobbies’–, se ha ido a dar una vuelta con su Harley Davidson por Puerto Banús y no ha dudado en plantarse en algún centro comercial para hacer compras. No ha dejado de hacer sus ejercicios diarios de yoga y algo de ‘running’, su secreto para lucir esa magnífica planta pasado el medio siglo. Su novia, de 34 años, una asesora de inversiones que habla perfectamente español y que conoció en el Festival de Cannes, no ha perdido detalle de nada y se ha dado una buena sesión de costumbres malagueñas. Con Niki, como él la llama, y sus más íntimos se tomó las uvas en Nochevieja en el exclusivo club de playa La Cabane del hotel Los Monteros. Allí brindó por un año que ha empezado con salud, dinero, amor, mucho trabajo... y un premio bajo el brazo: el Goya de Honor.


Aún no sabe si a la gala irá acompañado por su hija Stella, dependiendo de sus clases, o incluso si dará la sorpresa del brazo de su nueva chica, como antes hizo con Melanie Griffith. Con su ex habla a menudo, al igual que con los hijos de ella, pese a encontrarse en pleno divorcio y tener que llegar a un acuerdo para repartirse los 40 millones de euros en los que se ha estimado su fortuna. "Por Melanie tengo una gran admiración como actriz y un gran respeto en ese territorio, y es una persona a la que he querido, quiero y querré siempre sea cual sea nuestro estatus".


Igual de claro tiene que el Goya viajará directamente al despacho de su casa de Marbella, donde se encuentra su único ‘cabezón’. Curiosamente no en la categoría de actor, sino como productor de la cinta de animación ‘El lince perdido’. Allí también se encuentra su "rinconcito cofrade", con fotos y deuvedés y un piano en el que en estos días Banderas se ha sentado para componer marchas de Semana Santa entre el humo de un American Spirit (ya ha dicho que no piensa dejar de fumar). A veces las graba y envía a sus amigos por ‘whatsapp’ (hace dos años no tenía ni móvil). "Cuenta con un oído prodigioso que le hace sacar cualquier canción al instante a la guitarra o al piano. ¡Y eso que no ha estudiado solfeo!", comenta su hermano Javier, su mano derecha y su mejor amigo. Con él se planta en el estadio de la Rosaleda con la bufanda blanquiazul anudada al cuello, para disfrutar de un Málaga del que presume que lo vio jugar en cuartos de final de la Champions.


Tentado por la política


Buen conversador, tiene miles de anécdotas que dan para llenar varias películas, como sus reuniones con la jequesa Mozah o cómo abandonó Túnez en plena revuelta árabe, historias que cuenta mientras desliza algún que otro taco en inglés. Pese a sus casi cien películas a sus espaldas, bromea con que cuando se muera se le recordará como el "actor fetiche de Pedro Almodóvar".


Le han tentado para que entre en política, pero siempre lo ha rechazado por mucho que en su teléfono se cuelen los móviles de Felipe González y Tony Blair. Al exprimer ministro británico le invitó a las procesiones de Semana Santa de Málaga, unas fechas ‘sagradas’ para el intérprete. Desde hace años incluye en sus contratos no trabajar esos días, de ahí que nunca falte a su cita como mayordomo del trono de María Santísima de Lágrimas y Favores.


Su nueva aventura fuera de las pantallas ya tiene nombre: Antonio Banderas Design. Porque el actor lanzará en breve una línea de ropa y complementos con la que está entusiasmado y que se unirá a sus negocios cinematográficos, inmobiliarios y bodegueros. Como en el cine, en la vida también "me encantan los retos". "Mi estado natural es el cansancio. Me encuentro cómodo así".