Cada vez más iguales en el empleo

Un 3,17% de los parados en España en el tercer trimestre de 2014 eran discapacitados. Entre enero y octubre, la contratación general subió un 11,97% con respecto a 2013, mientras que entre los discapacitados aumentó un 18,25%, según datos del SEPE. Una cifra esperanzadora pero, como pasó con la población en general, acompañada por un problema: el empleo de baja calidad.

Pablo Latorre, en el estudio de sonido que está montando en Tarazona.
Cada vez más iguales en el empleo
Guillermo Mestre

Pilar Vázquez llevaba ocho años trabajando en Alcampo cuando la despidieron, el pasado mes de julio. Tiene 40 años y una discapacidad del 43% por un problema de espalda. "Hay cosas que no puedo hacer, como coger pesos", cuenta. Por suerte, "en noviembre, a través de Adecco me contrataron para trabajar para Vodafone de teleoperadora", dice. Está muy contenta, porque tener empleo "te aporta confianza en ti misma, te ayuda a valerte y te da seguridad. Sabes que hay cosas que no puedes hacer, pero que puedes ser útil", explica.


Como ella, otras muchas personas con discapacidad lograron encontrar empleo en 2014, un año en el que se notó claro un crecimiento en este tipo de contrataciones. Según datos del Servicio Público de Empleo (SEPE), entre enero y octubre, en toda España se habían hecho 56.411 contratos a discapacitados, frente a los 47.703 registrados en el mismo periodo de 2013.


Lo mismo pasó en Aragón, donde hasta octubre ya se habían registrado 1.500 contratos, en comparación con los 1.265 de 2013. Y eso que, según recoge un informe de la Fundación Adecco, 2013 ya había sido positivo, puesto que hubo un 14% más de contratos para discapacitados que en 2008, cuando la crisis todavía no había golpeado con dureza a nuestra Comunidad.


Lorena Basols, directora de FSC Inserta para Aragón, La Rioja y Navarra, modera el entusiasmo y señala que, "si bien el empleo ha aumentado, la calidad del mismo es menor, tanto en salario como en jornadas". Una tendencia que no solo afecta a los discapacitados, sino al colectivo de todos los trabajadores. "Es igual que el resto,sobre todo reducción en las jornadas; ahora, que sean de 8 horas es muy complicado y antes de la crisis era lo normal", detalla Basols. Agrega que "antes la oferta típica era temporal con un salario en torno a los 1.000 euros, pero ahora la temporalidad además es muy corta y los salarios han menguado".


Aún así, se muestra optimista porque la integración laboral de personas con discapacidades está mejorando a pesar de la crisis. Influyen varios factores, entre ellos el esfuerzo de numerosas entidades no solo para ayudarles a buscar empleo, sino también para ofrecer una formación que garantice a las empresas que esos trabajadores estarán adecuadamente capacitados para sus faenas.


También ayuda que empresas no específicamente dedicadas a los discapacitados, como La Caixa, han fomentado el contrato de este tipo de personas con programas concretos y colaboraciones con empresas y entidades sociales. En Aragón, La Caixa logró con su programa Incorpora que se colocasen 123 discapacitados en 2014.


FSC Inserta, que se financia a través del Fondo Social Europeo y la Fundación ONCE, orienta sus actividad a la colocación de discapacitados no solo en centros especiales de empleo, sino también en el mercado laboral general, donde compiten con demandantes de trabajo de todo tipo. El año pasado, intermediaron en la firma de 398 contratos.


"Donde hay que hacer el esfuerzo es en casar la persona y el puesto, porque cualquier puesto es susceptible de ser cubierto con un discapacitado", asegura Basols. "El mundo de los discapacitados es de una diversidad enorme", por tipo y por grado, dice.


Ajustar capacidades y necesidades es precisamente lo que hacen en los centros especiales de empleo, cuya razón de ser es precisamente la inserción laboral de discapacitados. Centros como Grupo Sifu, que cumple 15 años en Aragón y en 2014 alcanzó una plantilla de 150 empleados, o los de Atades (Oliver, Gardeniers y Logística Social), que dan trabajo a más de 200 personas. Todos esperan que 2015 sea un buen año.


Grupo Sifu prevé que puede llegar a crear otro centenar de empleos. "El modelo de crecimiento actual tiende a que las empresas se centren en su núcleo de actividad específico y que las actividades auxiliares se asignen a otras empresas especializadas en esas tareas complementarias", explica Jesús Arnal, gerente de Grupo Sifu en Aragón. Ellos, precisamente, son expertos en proporcionar dichos servicios auxiliares: limpieza, jardinería, mantenimiento... En 2014 ganaron clientes como Idom, Airtex, Serunión, Globalia, FCC, el Centro Neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen, Mercacorreos, el Ayuntamiento de Barbastro o la Diputación de Teruel.


Atades, por su parte confía en poder generar más de una treintena de puestos entre este año y el próximo aumentando en Gardeniers el cultivo de productos de agricultura ecológica (que la cadena aragonesa Simply ha empezado a comercializar) y ampliando la residencia que tienen en el zaragozano barrio del Actur. Tienen, además, un proyecto para montar una fábrica de conservas vegetales, y en 2014 creció el empleo en su centro Oliver, dedicado a trabajos industriales (el 90% para electrodomésticos Teka).


La salida laboral que ofrecen centros como estos es muy importante, sobre todo, para determinados grupos, como los grandes discapacitados físicos (más del 65% de discapacidad reconocida) o los discapacitados intelectuales, de más difícil inserción pese a sus aptitudes profesionales.


Estos últimos, por ejemplo, suelen ser "muy buenos en actividades industriales, alcanzan un grado de especialización muy elevado en procesos productivos una vez que se habitúan a la actividad. Y también se desenvuelven muy bien en jardinería y agricultura, porque al ser trabajos en equipo, al aire libre, los desarrollan bien y les resultan muy gratificantes", subraya Félix Arrizabalaga, gerente de Atades, asociación que lleva medio siglo dedicada a las personas con discapacidad intelectual y que recientemente firmó un acuerdo para reforzar Gardeniers con la Fundación Randstad.


Tipos de trabajos


Los empleos más habituales en los que suelen hallar colocación los discapacitados están en el sector servicios (limpiadores, dependientes, teleoperadores, conserjes, administrativos...), aunque también tienen cabida en la industria como operarios. Pero "la presencia del colectivo en puestos de alta cualificación aún es baja", señala Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.


Mesonero lo asocia a un nivel formativo inferior en el colectivo de discapacitados. En la universidad "solo representan el 1% del total del alumnado", indica, y reclama más facilidades para que puedan acceder "sin restricciones" a todos los niveles educativos.


Arancha Sanz, responsable de recursos humanos de Grupo Sifu en Aragón, corrobora que "el 70% de los discapacitados que recibimos tiene un nivel de graduado escolar; con bachillerato, grado medio o universitario, el número es menor". De ahí que se esfuecen por proporcionarles a lo largo del año cursos de formación. "No podemos impartir una licenciatura, pero sí algo que pueda serles útil para su trabajo", comenta.


Emprendedores, también


Al igual que ocurre entre el resto de desempleados, entre los parados con discapacidad también hay gente que se plantea la opción del autoempleo y trata de sacar adelante su propio negocio. Lorena Basols dice que en Aragón se ha notado un incremento en los últimos dos años. "Hemos dado asistencia técnica a 14 personas: 8 con estudios básicos, 4 con bachillerato o F.P. y 2 con diplomatura o licenciatura", detalla. De ellos, 8 con discapacidad física, 4 con discapacidad visual y 2 con enfermedad mental, y de edades entre los 30 y los 60 años.


No obstante, siguen siendo miles los discapacitados que esperan una oportunidad de encontrar un empleo en bolsas de trabajo de distintas entidades. Y, pese a lo que pudise pensarse, quienes se dedican a intentar ayudarles no creen que lo más necesario sean ayudas económicas, sino un cambio de mentalidad social. "Si tuviera que pedir un esfuerzo, sería en sensibilizar y educar en el conocimiento de la discapacidad, porque muchas veces el desajuste lo tenemos por el juicio previo que genera la discapacidad", dice Lorena Basols. Yes que, según Jesús Arnal, "el desconocimiento genera miedo, y el miedo, rechazo".