España se queda sin final

El portero francés Omeyer deja al equipo de Manolo Cadenas sin poder pelear por el oro mundialista

Los Hispanos lucharán por el bronce con Polonia

Albert Rocas consuela a Víctor Tomás al final del partido de semifinales disputado ayer ante Francia.
España se queda sin final
MARWAN NAAMANI/afp


La selección española de balonmano deberá conformare con pelear mañana por la medalla de bronce contra Polonia en el Mundial de Qatar, tras perder ayer ante Francia, en una semifinal en la que no le bastó con su emocionante ejercicio de fe en la segunda parte. Un carácter que le permitió volver a meterse en un partido, que parecía casi perdido para los de Manolo Cadenas, con los cuatro goles de desventaja (14-18) con los que concluyó la primera mitad. Sin embargo, el esfuerzo no fue suficiente para derrotar a una Francia que busca en Doha convertirse en la primera selección en ganar cinco títulos mundiales.


El arranque de partido fue frenético, un ir y venir de un área a otra. Una escenario que no pareció beneficiar a España, que necesitaba sentirse seguro atrás para dotar a su ataque de la paciencia necesaria para explotar la efectividad de sus hombres de segunda línea. Francia pareció encantada y pudo explotar la potencia de lanzadores como Karabatic o Narcisse, imparables cuando encaraban la portería rival en carrera. A los quince minutos el marcador señalaba un inquietante 7-12 adverso para el equipo español.


Manolo Cadenas tuvo que buscar soluciones, y las pareció encontrar con el cambio a un defensa 5-1, que dotó, por fin, de algo de consistencia a la retaguardia, y la entrada del joven Dujshebaev. Precisamente, dos goles del benjamín de la selección, así como una magnífica asistencia al extremo Albert Rocas, permitieron recortar a España su desventaja hasta los dos goles (13-15). España se reenganchaba, pero el guardameta francés Thierry Omeyer devolvía al combinado nacional a la cruda realidad en los minutos finales del primer tiempo: 14-18 al descanso.


Pero la actual campeona del mundo no entiende de convenciones, ni de guiones preestablecidos, como demostró en el arranque del segundo tiempo, en el que apretó los dientes como nunca en defensa. Los Hispanos se situaron a tan solo un gol de distancia (18-19). Ni las dos exclusiones consecutivas de Maqueda y Morros permitieron al equipo francés, mucho más espeso que en el primer tiempo, ampliar. La actuación del portero Gonzalo Pérez de Vargas, con cuatro soberbias paradas, incluida una a lanzamiento en contragolpe de Narcisse, hicieron crecerse todavía más a España.


Sin embargo, España pagó su atasco en ataque con una nueva arremetida del conjunto galo (18-21). Un tanteador que los de Manolo Cadenas, con más voluntad que juego, lograron de nuevo apretar (21-22) a falta de diez minutos para la conclusión. Cuando España parecía más cerca de la remontada, tras la exclusión de Barachet, no supo sacar partido de su superioridad numérica. Un gravísimo error ante una experimentada Francia, que no desaprovechó el regalo para situarse de nuevo con tres goles de ventaja (21-24). Una diferencia que España no pudo enjugar estrellada ante el meta Omeyer y la solidez de un equipo francés, que hizo pesar sobre la pista, en todas las facetas, su inigualable historia.