Los plazos del soberanismo se agotan

Artur Mas y Oriol Junqueras tienen hasta el 15 de enero para llegar a un acuerdo sobre las plebiscitarias. Esquerra Republicana teme que el empeño del presidente de la Generalitat en una lista conjunta busque mitigar el castigo por la corrupción y los ajustes.

El proceso catalán sigue encallado. Casi dos meses después de la consulta alternativa, a la que acudieron a votar 2,3 millones de catalanes, Artur Mas y Oriol Junqueras tratan de culminar la transición hacia lo que denominan Estado catalán con unas elecciones autonómicas que tendrían el carácter de plebiscito sobre la independencia. Pero Mas y Junqueras no se ponen de acuerdo. Ni en la fecha de esos comicios, ni en la fórmula a utilizar para conformar las candidaturas, ni tampoco en la hoja de ruta a seguir tras las elecciones, en que se abriría un periodo transitorio hasta la proclamación de la independencia. Sobre lo que coinciden los dos sectores, el convergente y el de ERC, es en que la solución, sea cual sea, no puede demorarse mucho. Fuentes de Convergencia sitúan el límite negociador en el 15 de enero, porque el 29 de marzo es la fecha tope para celebrar las elecciones en el primer trimestre, como piden Esquerra y la Asamblea Nacional Catalana (ANC), sin que se solapen con las municipales. Desde Esquerra, amplían unos días más el plazo, entre el 15 y el 20 de enero, a pesar de que en las declaraciones públicas llevan semanas presionando al presidente de la Generalitat para que anuncie la convocatoria de elecciones en su discurso de fin de año. Esta exigencia se antoja más como un recurso retórico y una estrategia negociadora.


Artur Mas tiene previsto comparecer en rueda de prensa el martes 13 de enero, tras la primera reunión del año del consejo de Gobierno, en la que ya podría hacer algún anuncio o al menos dar pistas, tanto si hay acuerdo como si no. En caso de que no haya pacto inmediato, tampoco se descarta que las elecciones pudieran celebrarse el 11 de septiembre, antes de las generales, lo que no disgusta a nadie, ni siquiera a Esquerra, que tiene como principal objetivo a corto plazo confirmarse como fuerza hegemónica del soberanismo en las municipales de mayo. La idea del soberanismo es llamar a las urnas a los catalanes antes de las generales, porque como señalan desde CDC, el fenómeno Podemos puede "enredarlo todo".


Mientras tanto, ambas partes se han dado un periodo de reflexión, según señalan desde el Gobierno catalán. "Estamos en la fase de reconstruir la confianza mutua entre Mas y Junqueras", precisan fuentes de la dirección convergente, lo que no transmite unas señales muy halagüeñas.


Uno y otro se han distanciado por las duras negociaciones para el 9-N. Junqueras se sintió engañado por el ‘president’, que renunció a la consulta original y optó por una versión reducida, en tanto que Mas se vio solo y sin el apoyo de los republicanos, a los que acusa de tener prisa por llegar al poder. Fuentes de ERC evitan valorar el curso de las negociaciones, pero insisten en que la "pluralidad es fundamental". Es decir, vienen a reconocer que las conversaciones entre las dos formaciones soberanistas siguen enrocadas.