Raúl Artigot, adiós al hombre de los mil oficios del cine que dirigió tres películas
Realizador, productor, guionista y director de fotografía, fue uno de los grandes maestros de iluminación de los años del destape con cineastas como Mariano Ozores y Jess Franco.
Vicky Calavia, realizadora y responsable de ProyectAragón, lo recuerda así para HERALDO: "Siempre me cayó muy bien y conmigo se portó como un caballero, aunque tenía fama de mal encarado y de difícil trato. Como director de fotografía y director me parece alguien muy válido que hizo parte de la historia del cine español menos celebrado pero igualmente importante. Sus filmes Bajo en nicotina y Cabo de vara son dos joyas".
El profesor y escritor Luis Alegre dice: "El actor y crítico de cine Manuel Rotellar y el realizador Antonio Artero que trabajó con él en Monegros y El tesoro del capitán Tornado- me hablaban mucho de él. Durante unos 20 años, entre mediados de los 60 y mediados de los 80, trabajó muchísimo, sobre todo como director de fotografía de más de cien películas y como realizador de televisión".
Para estas mismas páginas, Raúl Artigot hacía balance de su vida y de su obra: "Nací en Zaragoza en febrero de 1936. Fui al cine todo lo que pude. Al Fuenclara, al Frontón Cinema, al Iris Park. Nos daban una peseta y te las arreglabas. Mi infancia transcurrió en Zaragoza, pero luego me fui a Asturias y me incliné por la fotografía porque mi padre tenía un laboratorio fotográfico. Colgué mis estudios de Ciencias Físicas".
En 1960 ingresó en la Escuela de Cine donde se hallaban dos paisanos como Borau y Saura de profesores; también estaban Berlanga y José Aguayo, que "fue mi profesor de fotografía y me enseñó muchas cosas". Debutó en 1964 y trabajó en un sinfín de proyectos, incluso hizo "porno duro y porno blando" con Jess Franco y con algunos realizadores italianos. Luego intervino en películas del destape español, de Mariano Ozores y de otros directores: El liguero mágico, El erótico enamorado, Todos al suelo...
Colaboró en episodios de Vivir cada día y en una serie televisiva tan brillante como La plaza del diamante (1982), también con Betriu. Decía: "Fue una serie muy preparada: realicé el story board, participé en las localizaciones. Todo estaba muy planificado, Betriu odia las cosas mecánicas, y me encomendó todo ese trabajo mientras él se preocupaba de la puesta en escena y de la dirección de actores".
Recordaba con mucho cariño sus colaboraciones con Artero y Lorén: "Con Antonio Artero me llevaba estupendamente, estábamos siempre juntos. Con Alejo Lorén hice en 1979 Esta tierra, un documental extenso. Lamento que no haya hecho más cine".
Ese lamento también se podría hacer extensivo a él. Dejó el cine con apenas 50 años, aunque hizo el documental La pesca en el Sella (1993) y se retiró a escribir novela negra. Eso sí, pensaba que la crítica había sido muy dura con el cine español y condescendiente con el norteamericano. Hacía balance y confesaba: "He intentado hacer las cosas bien".