Una "aventura" tras el "tsunami" de rumores

El nuevo obispo se muestra ilusionado ante su nueva misión y admite que tiene "mucho que aprender"

El nombre de Ángel Javier Pérez Pueyo sonaba con fuerza desde hace meses como el elegido para ser el próximo obispo de Barbastro-Monzón, unos comentarios a los que no ha sido ajeno en ningún momento, como reconoció ayer en su saludo a los fieles de su nueva diócesis. "Cuando los rumores sobre mi posible ministerio episcopal remitieron y creí haber salido indemne de aquel ‘tsunami’, bastó una llamada telefónica, el día 9 de diciembre a las 8.30, para que un escalofrío lograra nuevamente estremecerme. A las 10.30 me esperaba el cardenal prefecto de la Congregación de Obispos para expresarme en nombre del Santo Padre su deseo de que sucediese a monseñor Alfonso Milián", relató el ejeano sobre el momento en el que recibió la noticia.


"En estos momentos tengo sentimientos encontrados. Por un lado, porque es algo que no esperaba y estoy muy feliz en el Colegio Español; pero, por otro, estoy ilusionado por volver a mis raíces y a mi tierra con mi gente", declaró a este diario poco después de hacerse oficial el nombramiento. "En esta nueva etapa voy a continuar con una labor que ya ha iniciado otro obispo al que yo admiro profundamente, y que es un referente sacerdotal y episcopal para mí", destacó el obispo electo.


En la misiva que hizo pública ayer, no duda en "abrir el corazón desde el principio" para confesar que la misión que Francisco le ha encomendado le "supera" y le "desborda". Recordó que apenas tiene experiencia parroquial "y menos todavía de curia", y que el fundador de su hermandad "no quería que los operarios aceptaran encomiendas que conllevaran dignidades u honores".


Pese a todo, Ángel Javier Pérez Pueyo dijo asumir "esta delicada y desafiante aventura" "con serenidad y gozo" y mostró su gratitud al Papa. "Tengo mucho que aprender", admitió, al tiempo que agradeció a los feligreses de antemano su "paciencia y comprensión".