España alcanza la final

Las Guerreras se aseguran la medalla en el Europeo tras dominar a Montenegro en un gran partido de Silvia Navarro.

Las jugadoras españolas celebran ayer la victoria sobre Montenegro en la semifinal del Europeo disputada en Budapest
España alcanza la final
FERENC ISZA/AFP

Si hay un enemigo al que miran con ardor las Guerreras es Montenegro. El conjunto balcánico ha sido el muro contra el que ha chocado la selección española en su búsqueda de cada éxito reciente. Sólo en el Mundial de 2011 lograron las ibéricas derrotar a este adversario, porque en cada choque en el Europeo salieron con el sabor amargo por la derrota y por la forma de caer. Ayer espantaron la pesadilla montenegrina (18-19) y se aseguraron una plaza en la final que disputarán el domingo contra Noruega, que batió a Suecia (29-25) en la otra semifinal.


"No dejaremos que nos saquen del partido", repitieron las pupilas de Jorge Dueñas antes del duelo de semifinales, sabedoras de la defensa aguerrida y al límite de las de Dragan Adzic. Esta vez, de nada sirvió a las montenegrinas alcanzar el cuello de las españolas con sus manos cuando se acercaron a su portería. Y de poco les sirvió adelantar su línea en busca de pases perdidos, porque España resolvió el obstáculo con astucia y estrategia.


Ante los pasos adelante de las balcánicas, Dueñas ordenó a Elisabeth Chávez incrustarse en la trinchera que abandonaron las líneas enemigas. Ahí la pivote canaria se movió con rapidez y alegría para descerrajar la portería rival. Ni siquiera necesitaron recurrir a su cañonera habitual, Nerea Pena, quien reservó sus habituales uno contra uno en una primera mitad en la que sólo lanzó en dos ocasiones. El trabajo se completó con un gran rendimiento en defensa con la figura agigantada de Silvia Navarro, quien durante los primeros ocho minutos no recogió ningún balón de su propia portería. Sus compañeras levantaron una barricada de brazos con Lara González y Patricia Elorza como pilares y los momentáneos marcajes a Ktarina Bulatovic lograron reducir a la mejor lateral derecho del Europeo de Hungría a sólo tres tantos en la primera parte.


Con la retaguardia bien resguardada y con un alto porcentaje de efectividad en ataque (46% en la primera parte), el enfrentamiento se deslizó con rapidez hacia los deseos españoles (3-7 en el minuto 16). El resultado al descanso (8-13) se explicó por el excelente trabajo español y por la deriva montenegrina, ya que sus jugadoras optaron por jugadas individuales para enfrentar su frustración. Sólo una exclusión de dos minutos de Lara González redujo la ventaja antes del paso por los vestuarios.


La segunda parte duró realmente varios días. En tiempo real sólo los 30 minutos a reloj parado reglamentarios. Sin embargo, en la mente y en la pista transcurrió con el recuerdo del encuentro desperdiciado contra Rumanía. En esta ocasión las españolas aguantaron el envite. La victoria no fue fácil, porque las de Adzic, herederas de la mentalidad yugoslava, tuvieron fe en la remontada. Como ante las rumanas, las españolas atravesaron el desierto con más de doce minutos sin anotar hasta que apareció al rescate Nerea Pena.


Sin embargo, echaron de menos actuaciones anteriores otras jugadoras en un segundo período de pesadilla. Hasta el final Montenegro trató de asustar, pero con Silvia Navarro –detuvo 19 lanzamientos en total, uno de penalti– y la defensa, los instantes de terror se disiparon, aunque hubo momentos de vellos erizados (17-18, a falta de dos minutos).


Ahora el sueño español se abre de par en par. Seis años después de su única final continental, las Guerreras optan a su primer título europeo. Silvia Navarro es el elemento diferencial y Jorge Dueñas sabe hallar en cada partido la pieza que debe encajar para ganar. La victoria el domingo sobre Noruega daría a España pasaporte directo para los Juegos Olímpicos de Río.