El Ayuntamiento investiga el envenenamiento de gatos en el Arrabal

La protectora de animales Amigo Mío ha detectado siete casos de felinos que han muerto con indicios de intoxicación con matarratas

El departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Teruel ha iniciado averiguaciones para esclarecer las causas de una serie de envenenamientos de gatos por la posible ingestión de cebos con matarratas en el barrio del Arrabal. La intervención municipal se inició a raíz de la denuncia presentada por la asociación protectora de animales Amigo Mío, que ha detectado al menos siete casos de felinos muertos con síntomas de haber sido envenenados.


La denuncia de Amigo Mío ante los servicios municipales motivó el inicio de un expediente por el área de Medio Ambiente, que también ha trasladado la incidencia a la Policía Local. Una fuente municipal advirtió de la gravedad de una práctica como envenenar a los felinos en las calles de la ciudad, que, de confirmarse, podría incurrir en varios delitos.


Como primera medida, el Consistorio estudia colocar carteles en los puntos donde han sido encontrados los gatos envenenados advirtiendo de la prohibición de depositar cebos con veneno en espacios abiertos. Una fuente municipal advirtió, no obstante, de que la muerte de los felinos pudo producirse por la ingestión de ratas envenenadas.


Una portavoz de Amigo Mío explicó que tras la aparición de varios gatos muertos en el Arrabal con indicios de envenenamiento, se procedió a la realización de la autopsia de uno de los cadáveres en una clínica veterinaria. El análisis constató que el animal había muerto como consecuencia de una sustancia anticoagulante que provocó hemorragias generalizadas en el animal y que terminó con su vida. El agente causante podría ser un matarratas.

Tras constatar "clínicamente" el envenenamiento, Amigo Mío emitió una alerta a través de las redes sociales para localizar y denunciar a los autores. La asociación señala que la colocación de cebos envenenados en lugares abiertos es, además de un acto de "crueldad" con los gatos, un hecho temerario que pone en peligro la vida de otros animales e incluso de las personas.


Según la protectora, además de un delito de maltrato a los animales, el o los envenenadores habrían incurrido en un delito contra la salud pública por una actuación que supone una amenaza para los vecinos y "en especial los niños". Amigo Mío lamentó que no es la primera vez que aparecen animales domésticos envenenados en la ciudad e hizo un llamamiento al civismo de la población para erradicar esta práctica. La asociación recuerda que el veneno depositado en un lugar accesible actúa de forma "indiscriminada" y es un peligro para animales y personas.