Un cráneo y dos huesos en Mont Ventoux

El director del Instituto de Medicina Legal de Aragón, Salvador Baena, detalla que para la identificación completa de restos óseos, como los hallados esta semana en la Provenza francesa, lo más eficaz son los dientes y el ADN porque son como huellas digitales

El director del IMLA, Salvador Baena, señala el foramen magno, que delimita si es hombre o mujer.
Un cráneo y dos huesos en Mont Ventoux
A. alcorta

Si de un desaparecido hay una ficha dental o una radiografía por una operación en la clavícula, como es el caso de Publio Cordón, porque le colocaron un clavo en el hombre, esos datos son decisivos para identificar rápidamente los restos que se encuentren.


Así podría ocurrir si se hallaran esos restos en Mont Ventoux, el pico de la Provenza francesa donde se le lleva buscando desde 2009 tras las declaraciones del arrepentido grapo Fernando Silva Sande. Si el director del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), el forenses Salvador Baena, hubiera acudido al levantamiento del cráneo y los dos huesos hallados el pasado domingo en Beaumont de Ventoux, la zona norte del monte, valora que habría concluido "pronto" que no era el empresario secuestrado por los Grapo en 1995. "Si el cráneo tenía parte de la nuca, que es blanda, supone que lleva menos de cinco años fallecido", señala Baena en el despacho de Antropología forense del IMLA, rodeado de cráneos y huesos.


Pero el sistema francés es más policial que judicial y los forenses galos no acudieron al lugar donde se hallaron el pasado domingo. El cráneo y los dos huesos encontrados por un cazador fueron recogidos por un grupo de la Gendarmería, bajo el mando del fiscal de Carpentras, Ives Badone. Por eso, los primeros dos días tras el hallazgo hubo dudas en la Guardia Civil sobre la identidad de los restos. No fue hasta el miércoles cuando comunicaron con sus colegas de la Gendarmería cuando pudieron descartar que correspondiera a Publio Cordón. Se trataría de un joven de Beaumont que robó un pantalón de motorista y desapareció en 2010.

"Vamos al levantamiento"

Los franceses remitieron los restos al Instituto Criminal de la Gendarmería nacional cerca de París, donde los forenses tardarán dos meses en identificarlo plenamente. "Nosotros vamos al levantamiento de los huesos bajo la orden del juez y eso facilita tener mejores datos", apunta Baena. A veces, la Guardia Civil les puede llevar algún hueso, pero lo normal es que acudan los forenses, lo que agiliza la identificación. En el caso de Mont Ventoux y Publio Cordón, el juez instructor Javier Gómez Bermúdez, de la Audiencia Nacional, podría reclamar ayuda al Instituto de Medicina Legal del Estado para colaborar con la Fiscalía de París y la Gendarmería si al final se encontrara allí.


En cualquier caso, la experiencia de los forenses aragoneses conduce a que "lo más eficaz para reconocer la identidad son los dientes", que son como "huellas digitales" si conservan "la pulpa" en su interior. Así pueden extraer muestras de ADN para compararlo con el de un familiar. De hecho, la Guardia Civil enviará muestras a Francia para corroborar la tesis de que no es Cordón. "Lo mejor son los datos ante mortem, como una radiografía o una ficha dental porque a veces es complejo extraer ADN de los huesos si han estado a la intemperie", apunta Salvador Baena. Así sucedió con el cráneo, el fémur y el húmero hallados hace justo una semana.


Para determinar la data más aproximada de los huesos se realiza una mineralización gravimétrica y se pesa la muestra tras perder material orgánico. Otro de los mecanismos usados es la densitometría que supone cortar rodajas de los huesos y realizar una radiografía. Si los restos son centenarios necesitan la prueba del carbono 14. En el caso de Cordón, si está enterrado en una tumba de un metro de profundidad, como declaró Silva Sande, no llegarán tan lejos. En el IMLA podrían hacerlo hasta escaneándolo en tres dimensiones porque han abierto un proyecto con los ingenieros del instituto I3A, que llevan más de cien casos en el centro.