Las mujeres empresarias y directivas

?Aunque las mujeres universitarias son el 60% de los estudiantes superiores, ese porcentaje disminuye a medida que escalan hacia puestos de más responsabilidad.

A nivel educativo, la sociedad moderna parece haber salvado las diferencias de género. Las cifras actuales muestran, incluso, que en estos campos la mujer de hoy ha superado al hombre. Cada año salen de los universidades y escuelas superiores más mujeres que hombres. Sin embargo, a partir de ahí se produce un cambio en las tendencias, de forma que aunque las mujeres universitarias son el 60% de los estudiantes superiores, ese porcentaje disminuye a medida que escalan hacia puestos de más responsabilidad. La fuerza laboral femenina se reduce ya al 45%, en la dirección funcional no hay más del 22%, un 16% de consejeras y un 5% del cargo más alto de la empresa.


La introducción de la mujer al mundo laboral ha sido una carrera de fondo. Durante el siglo XX, los esfuerzos promocionales de la mujeres se polarizaron en el mundo laboral, pero en los últimos años los objetivos se fijan en asumir poco a poco más responsabilidades en el mundo de la empresa.


En noviembre pasado, la Asociación Aragonesa de Mujeres Empresarias, Arame, celebró su XV reunión anual, y durante la entrega de los premios a sus más representativas asociadas se fijaron como reto fundamental el mejorar del acceso a altos cargos directivos.


En esas mismas fechas, ejecutivas de 18 empresas aragonesas se adhirieron al convenio entre el Gobierno de Aragón y la Asociación de Directivas de Aragón para aumentar la presencia de mujeres en puestos directivos en las empresas. Su objetivo es crear planes de acción individuales tendentes a dar visibilidad a mujeres con potencial directivo y ayudarlas a trazar su plan de carrera para darles oportunidad de incorporarse a un puesto de responsabilidad.


En la reunión de Arame, el consejero Arturo Aliaga destacó que "la mujer empresaria de hoy ejerce un gran liderazgo que empieza desde adentro porque tiene una gran capacidad de conectarse de manera efectiva con su gente, ganar el compromiso e inspirar esfuerzos. En ese liderazgo es capaz de generar acciones donde toman vida las ideas, la creatividad, el ingenio y la inspiración de cada persona, frente a las demandas económicas, ambientales y éticas más amplias que están afectando a las empresas".


Hoy, los estudiosos del tema reconocen que el camino para la equidad no es el de la imitación de los estereotipos del hombre y reconocen que las mujeres son más democráticas, más participativas y generan más adhesión. Por el contrario, los hombres emplean un estilo más directivo, centrado en el mando y el control, el poder y la competencia.


En el camino hacia la equidad habrá que huir del igualitarismo y tener en cuenta estas diferencias de género llevándolas a la práctica desde la diversidad. Solo desde la pluralidad será la efectiva respuesta a las necesidades de la economía globalizada de hoy.