El Parque de Guara autorizará 27 nuevas zonas de aparcamiento ante la escasez de plazas

Un informe del Parque Natural reconoce que el número de visitantes sobrepasa la actual oferta de estacionamientos

Aparcamiento de la presa de Bierge, donde hay una zona autorizada y otra sin control.
El Parque de Guara autorizará 27 nuevas zonas de aparcamiento ante la escasez de plazas
javier blasco

El Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara autorizará 27 nuevas zonas de aparcamiento para atender la demanda de visitantes en verano, localizadas en áreas donde habitualmente ya dejan el coche senderistas y barranquistas pero que están sin regular y donde ni siquiera hay una señal de parquin, con el consiguiente riesgo de sanción. Con ellas, sumará un total de 59 espacios legales para estacionar, con 600 plazas, concentrados en los puntos más conflictivos.


Un informe analizado en la última reunión del Patronato advierte de que cada vez es mayor el número de visitantes y sobre todo en verano los coches "sobrepasan el número de plazas", lo que provoca problemas como la invasión de las carreteras y dificulta una rápida evacuación en caso de una emergencia como un incendio. Por otra parte, Guara está obligado a ofrecer servicios de un determinado nivel si quiere mantener la Q de Calidad Turística lograda en 2007. El Instituto para la Calidad Turística Española especificó que debía contar con aparcamientos "suficientes" y "adecuadamente distribuidos".


El citado informe incluye un inventario "abierto". Actualmente solo están reguladas y señalizadas 22 áreas de estacionamiento, con unas 320 plazas, gestionadas por el servicio provincial de Agricultura, aunque de distinta titularidad, y de cuyo mantenimiento se ocupan las cuadrillas forestales.


Estos párquines son solo una parte de los existentes, pues hay otros 27 (los que ahora se quiere legalizar) donde habitualmente aparcan vehículos pero sin ningún tipo de gestión ni control. "No disponen de ningún equipamiento adecuado, ni existe gestión alguna por parte de administraciones o particulares", dice el estudio, que recomienda tomar medidas, "ya que son necesarios" para acceder a zonas de barranco o escalada y a centros de interpretación. Algunos disponen de poco espacio para maniobras, en otros el terreno no está nivelado o no se delimita su perímetro. En general no sufren masificación, salvo los situados cerca de las salidas de algunos barrancos como el Formiga o el salto de Bierge.


Se ha inventariado otros 10 en los cascos urbanos, de ayuntamientos o particulares. Se recomienda acabar de legalizarlos colocando la P de parquin e indicando las plazas. Uno de ellos está en Rodellar. Habilitado para 40 vehículos da problemas de masificación, limpieza y es usados por algunos para pernoctar.


Por último, se aconseja no autorizar otros cuatro, por no disponer de equipamientos adecuados. Eso sí, aclaran los técnicos, "sería conveniente poner la placa de prohibido aparcar hasta que pase un tiempo prudencial y se quite la costumbre". Un ejemplo es la carretera de Vadiello, hasta pasado el túnel del embalse, un lugar en el que "donde hay paredes de escalada, hay vehículos aparcados", a pesar de que es peligroso por seguridad vial, desprendimientos o porque cerca hay zonas de anidamiento. Entre las tres categorías, el Parque sumaría en el futuro 59 zonas legales. Una vez aprobadas en el Patronato, solo faltaría colocar las señales, indicando el máximo número de plazas y marcándolas sobre el terreno. Un caso paradigmático es el del salto de Bierge, con dos párquines con 80 plazas, uno autorizado y otro no.


El director general de Conservación del Medio Natural, Pablo Munilla, pide "la implicación de los ayuntamientos para negociar con los particulares la ocupación de fincas privadas, de forma que se pueda atender la gran afluencia de vehículos en verano".


Por su parte, los empresarios de Guara han acogido la regularización de forma positiva porque el tema de los aparcamientos era una asignatura pendiente. Su presidente, Paco Lacau, cree que es necesario controlar "esa costumbre histórica de aparcar en todos los sitios". La luz roja saltó, asegura, cuando hace unos meses los agentes forestales empezaron a poner multas en lugares donde tradicionalmente se estacionaba. La protesta de los empresarios, que escuchaban alarmados las quejas de sus clientes, aconsejó crear una comisión de trabajo que ha trabaja sobre el inventario.


Y es que la normativa del Parque se hizo pensando en un volumen de tráfico muy inferior al actual. Los equipamientos de los que se dispone están "desbordados", reconoce el alcalde de Bierge, Raúl Rufas, quien opina que "el problema no va a ser sencillo resolver, al ser un parque tan extenso y con tantas entradas". Calcula que el número actual de plazas no absorbe ni a la mitad de los visitantes, lo que explica que la mayor parte de los turistas estacionen en sitios no habilitados.