María Teresa Añaños: "he vivido muchas guerras, pero no tuve miedo. Saber que estás ayudando te tranquiliza"

Está en una de las ‘zonas calientes’ y su colegio es ejemplo de convivencia entre cristianos y musulmanes.

María Teresa Añaños, rodeada de algunos alumnos del colegio.
María Teresa Añaños: "he vivido muchas guerras, pero no tuve miedo. Saber que estás ayudando te tranquiliza"
M.T.A.

Nació en Zuera (Zaragoza) hace 77 años, 33 de los cuales ha pasado en África. Y María Teresa Añaños confiesa que se hubiera ido incluso antes, "porque fui alumna de Santa Rosa y allí ese deseo de misión está muy enraizado. Cuando al fin lanzaron en 1981 el Proyecto África pude cumplir mi sueño". Está ahora en Mali, uno de los puntos calientes del planeta por sus ricos yacimientos de uranio y donde se vive desde 2012 la rebelión terrorista en el norte.

Un vivero de islamistas en el que sobreviven las monjas que dirigen un colegio a 20 kilómetros de la capital. Añaños define la situación como "años malos". Quizá es normal, porque en los 33 años que ha pasado en África ha vivido tantas guerras que casi ha perdido la cuenta. "Estuve 17 años en Costa de Marfil, y sufrimos las luchas entre etnias y el golpe de Estado. Vimos cómo los ‘gueré’, que nunca se habían interesado por las tierras, cuando vieron que la agricultura daba dinero mataron a familias enteras de emigrantes de Burkina Fasso que habían llegado para cultivarlas. Estuve otros 12 años en Madagascar, un país riquísimo en subsuelo pero sumido en la pobreza por culpa de las grandes potencias, y que sufrió la violencia tras la dictadura de Ratsikara. Ypasé dos años en Togo". ¿Había también guerra en Togo? "Claro que había problemas, en África siempre hay problemas, solo que casi nunca se cuentan, porque la diferencia entre ricos y pobres es grande y hay mucho analfabetismo".


"Nunca piensas en abandonar"


Cuando Teresa Añaños echa la vista atrás no ve, sin embargo, esos momentos de peligro, sino que siente que han sido enormemente positivos. "Los africanos son muy acogedores y receptivos, y el trabajo de culturización es muy positivo. Mali es un país de mayoría musulmana, pero en nuestra zona por ahora no hay persecuciones. Tenemos en la escuela 900 alumnos y 800 de ellos son musulmanes. Con todos compartimos las alegrías y las penas por igual, no hay diferencia por la religición".


Llevan la escuela dos españolas, una francesa y tres africanas. Y además de ese externado cuentan con un internado para niñas cristianas, con 37 alumnas. "Trabajamos sobre todo con los jóvenes, aunque nuestro reto sería hacer un trabajo en conjunto, porque hay otros muchos niños que no van al colegio y que necesitan ser atendidos. Son pequeños que están en la calle, que piden limosna para el imán y que van solo a la escuela coránica. El reto es que se sepa lo importante que es la educación, tomar medidas antes de que esos niños acaben convirtiéndose en delilncuentes, quizá en terroristas". El colegio está en una zona relativamente calmada, pero se encuentra cerca de la carretera que va al norte. Aún así, la religiosa confiesa no sentir miedo. "La fe y saber que estás ayudando te quitan el miedo. No te paras a pensar si estás en peligro o no, porque a tu alrededor hay gente que necesita ayuda, y por eso no nos vamos. ¿Cómo nos vamos a ir si estos son nuestros hermanos?Precisamente cuando hay problemas es cuando más necesitan nuestra ayuda.


Ahora, Añaños prepara las fiestas de Navidad, que allí son muy diferentes:"En África es más festiva, con música y baile, aunque en Mali es más íntima puse la mayoría es musulmana. Recuerdo una Nochebuena en la que pensé que todos se irían a dormir a las 12, y me contestaron “aquí no se duerme”. También los regalos cambian, son paños tradicionales, platos de comida, adornos llamativos...".