El aeropuerto de Caudé se configura como banco de pruebas para vuelos espaciales

Dos empresas que experimentan con aeronaves ya operan desde Teruel y una tercera estudia instalarse
Diseñan aparatos capaces de volar a gran altura

ha Centro de ensayos. La empresa Payload Aerospace ha terminado la obra civil de una plataforma de ensayos de 567 metros cuadrados y una zona de control en el aeropuerto de Teruel, en la foto.
El aeropuerto de Caudé se configura como banco de pruebas para vuelos espaciales
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La investigación y desarrollo, sobre todo en el campo de la experimentación de vuelos suborbitales –aquellos realizados con aparatos que pueden planear a una cota situada entre uno y 150 kilómetros de altitud–, se está convirtiendo en un negocio beneficioso para el aeropuerto de Teruel.


Actualmente hay ya dos empresas que operan desde el complejo aeroportuario turolense: una de ellas, la multinacional Booster Space, ha llevado a cabo ensayos durante este año para desarrollar un prototipo de aeronave de alta tecnología capaz de volar a gran altura. La segunda, Payload Aerospace, con sede en el Parque Científico Empresarial de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante), ha terminado recientemente la obra civil de una plataforma de ensayos de 567 metros cuadrados y una zona de control en el aeropuerto turolense, que será utilizado como banco de pruebas.


Hay una tercera que ha puesto sus ojos en la infraestructura de Caudé, Celestia Aerospace, y que en estos momentos busca financiación para desarrollar su prototipo. Esta empresa también estudia otras posibles ubicaciones, como los aeropuertos infrautilizados de Castellón y Lérida.

El director del aeropuerto de Teruel, Alejandro Ibrahim, reconocía el interés del Consorcio que gestiona el complejo en este tipo de proyectos que combinan la alta tecnología con la iniciativas I+D+I, de innovación y desarrollo. Dijo que estas y otras actividades realizadas a lo largo de este año, como la principal concesionaria de las instalaciones, Tarmac, dedicada al estacionamiento y mantenimiento de aeronaves, han permitido "triplicar los ingresos respecto a 2013".

Investigación en drones

Según señaló, el centro se ha embarcado recientemente en cuatro iniciativas más de carácter innovador, dos de las cuales se llevan a cabo conjuntamente con el Ministerio de Industria sobre la integración segura de naves de piloto remoto. Con esta actuación se pretenden sentar las bases de una nueva titulación que se requerirá para tripular vehículos aéreos no tripulados, los denominados drones. El director destacó, asimismo, un proyecto que investiga acerca de la optimización del diseño y funcionalidad de hangares aeroportuarios de estructuras metálicas ligeras. Incide en la posibilidad de sacar al mercado estructuras de rápida construcción y con costes asequibles.


Ha solicitado, asimismo, a la Agencia Espacial Europea su participación en el proyecto Egnos, un sistema de navegación a través de satélite que mejora las prestaciones y proporciona más seguridad a las maniobras de acercamiento a los aeropuertos.


En el aeropuerto ya se puede apreciar una nueva infraestructura. Pertenece a la empresa Payload Aerospace, la segunda en el ámbito de los vuelos suborbitales que se instala en Teruel y que está dedicada al diseño de motores de propulsión líquida para aeronaves que vuelan a gran altura.


La empresa, constituida en el año 2011, cuenta con un pequeño laboratorio en el Parque Científico y Empresarial de Elche, en el que desarrolla la tecnología que luego se ensaya en Teruel. Está integrada por expertos ingenieros aeronáuticos, electrónicos e industriales de Madrid y Valencia y su proyecto está respaldado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial, del Ministerio, que a través del programa Neotec aporta el 25% del presupuesto. El resto proviene de la participación de inversores privados. Está prevista una inversión en torno a los 300.000 euros y la creación de quince puestos de trabajo a finales del próximo año.

Pequeños satélites

Según señaló Raúl Verdú, cofundador de la sociedad y responsable de operaciones industriales, el objetivo del proyecto de investigación es ofrecer mediante un cohete "servicios de acceso al espacio del sur de Europa". En estos momentos hay una decena de compañías en Europa que también están intentando crear un prototipo de motor que permitiría a los clientes potenciales lanzar al espacio pequeños satélites –desde uno a cien kilos–.


La nueva tecnología permitirá hacer más accesible económicamente la puesta en órbita de estos pequeños satélites adaptándose a las necesidades de los clientes y que ofrecen múltiples aplicaciones en materia de telecomunicaciones y electrónica, como ensayos de componentes o experimentos científicos.


Payload Aerospace pretende empezar su actividad en el aeropuerto turolense en el mes de marzo del año que viene, con el primer encendido de motor líquido de España, algo que se vislumbra como todo un acontecimiento científico.


Verdú explicó que el proyecto que desarrollan se centra "en una tecnología novedosa, de alto nivel, y de muy alto valor añadido". "Esto demuestra que no solo se desarrolla alta tecnología en Alemania", agregó. Explicó que el aeropuerto de Teruel se configura como una ubicación ideal para este tipo de iniciativas, "porque está alejado de cualquier núcleo urbano y tiene superficie de suelo suficiente y medidas de seguridad adecuadas". Destacó que en el complejo aeronáutico turolense se instalará "el primer banco de pruebas de motores de combustible líquido de España".