La fiesta modernista gana adeptos y sigue los pasos de la recreación de Las Bodas de Isabel

Un centenar de actores recrea una fiesta burguesa de principios del siglo XX en la concurrida plaza del Torico

La celebración revive uno de los periodos más florecientes de la historia de la ciudad

Un baile de época. Un centenar de turolenses se vistieron a la moda de principios del siglo XX para recrear cómo era un baile de la alta sociedad en aquellos años. Las parejas evolucionaron por la plaza del Torico al compás de los cuplés y ante la mirada
La fiesta modernista gana adeptos y sigue los pasos de la recreación de Las Bodas de Isabel
antonio garcía/bykofoto

La tercera fiesta modernista reunió ayer a un centenar de personas que devolvieron a la plaza del Torico de Teruel el ambiente de hace un siglo, cuando la burguesía y la intelectualidad locales quedaron fascinadas por el estilo modernista.


Los participantes dieron vida a personajes de principios del siglo XX, en unos casos documentados históricamente y en otros inventados, aunque siempre fieles a las costumbres e indumentarias del momento. La recreación que registró un notable incremento de participantes respecto a la treintena de actores de la primera edición, sigue la estela de las multitudinarias Bodas de Isabel de Segura, en las que se recrea el pasado medieval y que se han convertido en uno de los principales atractivos turístico de la capital.


La fiesta burguesa arrancó con un ligero retraso debido a la meteorología adversa, que incluyó frío, llovizna y un amago de nevada. La plaza fue escenario de charlas, bailes y actuaciones musicales propias de hace un siglo. Los tejanos, las mallas, los anoraks y las zapatillas deportivas dejaron paso a levitas, capas, pamelas, bombines y zapatos relucientes. De fondo, sonaban las equívocas letras de la cupletista Olga Ramos, que llenaba la plaza de canciones con aroma de gramófono. La plaza será hoy escenario de un día de mercado de la época.


La gerente de la Fundación Bodas de Isabel –organizadora de la fiesta modernista–, Raquel Esteban, explicó que cada año se incorporan nuevos personajes documentados en el Teruel de hace un siglo para dar el máximo realismo a la escenificación, que se esmera en la vestimenta y la ambientación. En la presente edición se han sumado al abanico de protagonistas, entre otros, la cupletista aragonesa Ofelia de Aragón y las damas zaragozanas Carmen de Yarza Sasera y Leonor Sala de Urdaiz, mecenas de la basílica del Pilar.


Esteban no pretende alcanzar la repercusión popular y turística de Las Bodas de Isabel, pero tampoco se pone límites al crecimiento de la tercera fiesta de época que surge en la ciudad –tras Las Bodas y la Partida de Diego–. "Hay que dejar fluir las cosas, sin metas ni trabas", señaló. A su juicio, la ciudad tiene muchos argumentos para impulsar una celebración modernista, porque con esta corriente artística Teruel "dejó definitivamente atrás la Edad Media para entrar en la modernidad". Además, resaltó la implicación de los burgueses e intelectuales locales, que rompieron con la tradición para dejar el casco antiguo salpicado de ejemplos "fascinantes" del nuevo estilo arquitectónico.


Entre los actores que dieron vida a la elite de principios del siglo XX figuran varios participantes en Las Bodas de Isabel. Javier Garcés, que fue don Pedro de Azagra en la fiesta medieval, encarnó al principal artífice del modernismo turolense, el arquitecto Pablo Monguió. A su juicio, la fiesta modernista lleva camino de consolidarse pero sin masificarse como Las Bodas porque no existe un equivalente a las jaimas que estimule las actividades callejeras en grupo.