PÓQUER

Paula y Daniel, una buena pareja de ases

Paula es de Barbastro. Daniel, de México. Viven en Zaragoza y compiten en el póquer en Bulgaria o Praga. Un estrés.

Paula y Daniel, lanzando unas fichas, tras una buena mano. En el Casino de Zaragoza, donde Paula ha jugado varios torneos.
Paula y Daniel, una buena pareja de ases
ESTHER CASAS

En un mes, Paula estuvo en Marbella y Bulgaria. Allí coincidió con Dani. Ambos, tienen hoy los ojos puestos en Praga. ¿Agentes de viajes? ¿Veraneantes? Ninguna de las dos: jugadores de cartas. Y es que la imagen del jugador con faria, en un sitio oscuro, es historia. Así lo demuestran -y lo afirman- Paula Chicharro y Daniel Hernández, de 23 y 24 años, y residentes en Zaragoza. Aunque sus motivaciones son distintas, los dos juegan al póquer. Ella, compitiendo, como una afición. Él, como profesional. Y ambos, con los pies en el suelo. "No es bueno jugar con dinero que de verdad hace falta", advierte Paula, que trabaja como auxiliar en una clínica. "A mí me entiende poca gente cuando les cuento a qué me dedico. Pero me pongo mis horarios y me saco mi sueldo. Y tengo que dedicarle muchas noches, porque los servidores no llevan horario español", cuenta Daniel, que es menos de trasladarse y compite a través de internet. En cualquier caso, los dos se definen como "normales". "En mi casa, lo saben. Y han entendido que es una afición; no soy ni ludópata ni viciosa", se sincera Paula. "Es un juego de suerte, pero también de matemáticas. Cuando pierdes, siempre puedes bajar de nivel", matiza Daniel.


Ella empezó hace solo un año, por curiosidad, tras ver programas de la tele. "Me pareció un juego interesante, completo. Aunque hay que jugar muchas manos y ver jugar muchas más para saber", explica. Él ya lleva años dedicado al póquer, aunque solo dos años y medio como profesional. Se inició en Monterrey, en su México natal, y fue al llegar a España cuando comenzó a tomárselo más en serio. "Un buen día, gano mil euros. Pero uno malo puedo perderlos también. Eso sí, juego con dinero ya ganado en internet, no pongo nuevo", explica. De vez en cuando, se marcan un farol. "Cuanto mejor es un jugador, menos suerte necesita", informa Daniel.


Aunque no saben si seguirán en un futuro con esto, vienen contentos de la experiencia búlgara. Paula ha participado en el torneo María Póker, una casa especializada en póquer femenino. Quedó en el puesto 23 de unas 50 participantes. "Es más cómodo, porque no tienes la presión de ser la única chica entre hombres. Aunque lo mejor sería integrarse. Es cierto que jugamos de forma distinta. Pero yo soy feliz jugando entre ellos. Para empezar, porque te infravaloran", afirma. Daniel compitió en el Unibet Open, el torneo absoluto. Y entre más de 400 contendientes, quedó 17º. Encima, fue invitado a participar, tras ganar un concurso on-line. Ahora, los dos parten para Praga, donde tienen un nuevo torneo entre el 4 y el 8 de agosto.


Dani ya ha visitado Las Vegas, pero en viaje de placer. "Juego tanto en casa que, de vacaciones, no tengo ganas de seguir. Esto es una carrera dura, de corredor de fondo", dice. Por su parte, Paula afirma sentirse igual de feliz en Las Vegas que en Cuenca. "Lo que tengo seguro es que nunca me quitaré de comer para ir a jugar", deja claro. "En muchas ocasiones, solo conocemos las historias bonitas. Porque el que pierde no lo cuenta", concluye Daniel.