Bandas latinoamericanas

"Es una injusticia"

Joselis Alcántara de la Rosa recuerda la infancia "difícil" de su hijo, al que llevó incluso a un centro de menores para intentar ayudarle.

Elly Maycoll Morillo vino a España cuando tenía 9 años. Él y su familia son de República Dominicana. “Primero fue a un colegio público y luego a uno concertado, desde que entró tuvo problemas porque sus profesores se quejaban y no le trataban igual por ser de fuera”, cuenta su madre, Joselis Alcántara de la Rosa.


Ella recuerda que su hijo desde siempre “fue rebelde” y tenía que “aguantar todo” cuando era pequeño. Una vez, varios compañeros lo insultaron por su color. “Eres un negro de mierda”, le dijeron.


“Mi marido le dijo que respondiera y al día siguiente les dijo a todos que ellos eran unos blancos de mierda... Se armó una buena en el colegio”, cuenta Joselis, que cuando su hijo tenía 13 años optó por llevarlo a un centro de menores, "para que le ayudaran".


“Creo que hice mal. Comenzó a juntarse con más gente y todo fue a peor... Me escondía todo, no me contaba nada porque sabía que me iba a avergonzar de él”, afirma.


Hoy ya ni ella sabe cuántos cargos pesan en contra de Morillo, que pasó de ser portero de una discoteca a ser condenado por delitos de resistencia y lesiones, multado por un delito de agresiones y acusado de tenencia ilegal de cocaína. En total, se enfrenta a 8 años de cárcel.


“Habrá hecho cosas y debe ser juzgado por eso, pero no le deben acusar de todo, de muchas cosas que no hizo. Otros que estuvieron en varios de esos problemas ahora están en la calle. Maycoll está pagando por ayudarles”, señala.


Tiene 4 hijas y su esposa, Sara, espera que la condena sea menor. Cree que es “injusto” que esté fichado como pandillero -en una lista creada en 2007 por la policía- y se queja por la falta de apoyo de las fuerzas legales.