LITERATURA

Una escritora de pocas palabras

Mª Victoria Trigo, ganadora del concurso de microrrelatos con 'Unidad indivisible', por delante de 24.000 aspirantes.

Mª Victoria Trigo posa sonriente por el paseo de la Independencia.
Una escritora de pocas palabras
MAITE SANTONJA

Escritora por vocación y voluntaria 'de profesión', Mª Victoria Trigo es una auténtica caja de sorpresas. Se define como «vendedora de ilusiones» y «defensora de causas no libradas». Su pasión por la literatura ha estado siempre ligada a la defensa del medio ambiente y de un mundo más justo. Como el título de su relato ganador, es una unidad indivisible: luchadora nata y tenaz escritora. Esa constancia en la literatura la ha llevado a convertirse en la ganadora del IV Concurso de Relatos en Cadena organizado por Cadena SER y la Escuela de Escritores. Con un microrrelato de 31 palabras (100 era el máximo) consiguió llevarse los 6.000 euros de premio entre otros 24.000 aspirantes. «Mi relato -explica la autora- es una historia de amor, una advertencia sobre el amor que nos ciega y no nos deja ver las dos partes de la persona, que son indivisibles». Y de ahí el título que le ha dado este gran éxito. Mª Victoria había participado ya en otras ediciones del concurso y siempre había quedado finalista. Escribir un relato corto tiene un valor añadido, según esta zaragozana residente en La Joyosa, pues en algo tan breve no hay espacio para equivocarse, hay que fascinar al lector desde la primera palabra.


Su pasión literaria empezó en el colegio de María Auxiliadora Salesianas, donde escribía las preces para la misa. Mª Victoria recuerda como sus compañeras le pedían que redactara las peticiones porque ya destacaba su forma de expresarse. El gusto por los relatos surgió cuando escribía breves cuentos de navidad para su hija, que luego utilizaba para felicitar las fiestas a sus familiares.


Poco a poco otra afición iría alimentando su vena literaria: la ecología. A través de sus textos de «reportera improvisada» inició la defensa del medio ambiente. Lleva más de 20 años colaborando con la revista trimestral 'El Gurrión', en la sección denominada 'Paseos por el Sobrarbe' y que define como «mi pequeño país, en mi pequeña mochila». Su trabajo, totalmente voluntario, no consiste solo en describir el entorno, sino en ver, sentir y sobre todo comunicar. Le encanta la montaña, pero desprecia la rivalidad deportiva que ha acabado con el montañismo más tradicional, así asegura: «No lo hago por afán deportivo, sino por ir a un paraíso donde encontrarme bien. Añoro el montañismo más espontáneo, esto ahora parece un gimnasio».


Hace un año Mª Victoria experimentó un cambio radical en su vida: «Fue un enorme alivio librarse de 30 años en Opel», dice. Ahora se dedica a lo que realmente le gusta, que es escribir. También trabaja voluntariamente para el estudio y recuperación de la cultura aragonesa, sobre todo de la indumentaria. Desde su época universitaria descubrió «un Aragón poco conocido, de letra minúscula, que era conveniente divulgar». Hoy pertenece a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (ARMHA) y defiende su trabajo voluntario porque considera que no hay ninguna causa perdida, «solo causas no libradas».


En una sociedad en la que «la gente se ha dejado arrastrar por el triunfo rápido y la cobardía ha terminado con los grandes movimientos reivindicativos», dice, «es necesario que los padres y profesores eduquen a sus hijos más para la vida y no tanto para aprobar cursos». La autora defiende que falta conciencia pero sobre todo valentía, «por eso el movimiento del 15 de mayo será imprescindible en nuestra sociedad siempre y cuando logre conservar su independencia».


Mientras disfruta de su triunfo, Mª Victoria asegura que un premio no la hace mejor escritora, aunque le da impulso para seguir. Y así, escribiendo, va a continuar, porque «hay que enseñar a la gente a ser más feliz» y la felicidad, para ella, se encuentra en las letras.